Puede decirse que la gastronomía de una ciudad ha dado un salto importante cuando en cualquier restaurante o hueca se come decentemente; cuando restaurantes que parecerían comunes y corrientes, sin grandes pretensiones, nos sorprenden positivamente, lo que ocurrió con los dos sobre los que comentamos a continuación.

Pezbela es una cebichería y marisquería en la av. La Coruña, de ambiente agradable, con una carta variada, cuya cocina es fresca, con toques de modernidad, guardando las raíces. Su pulpo anticuchero salteado con pesto y mote en salsa anticuchera, ligeramente ahumada, con trozos de choclo frito, encantó a la mesa. Buen plato, especiado; su salsa está bien lograda y mezcla texturas correctamente.

Las conchas negras también estaban en su punto. Su propio jugo era la base de una salsa con vino blanco, ajo, rocoto, culantro y otras especies que no cubrían el sabor de la concha.

Lo mejor fue el salmón en salsa de coco con hierbaluisa. Excelente. Nos sorprendió. La salsa de coco era una exquisitez; los toques de hierbaluisa y jengibre le daban frescura y aroma. Como acompañamiento, arroz caramelizado con frutos secos y quinoa.

Su arroz en tinta de calamar con conchas negras y calamares cocinados en sus propios jugos es también una elección recomendada.

Ninguno de los platos de Pezbela es tremendamente sofisticado; sin embargo, son hechos con técnica y coherencia, lo que me haría regresar varias veces.

En otro punto de la ciudad, en el redondel de la 12 de Octubre y Francisco Orellana, está Sabores de mi Tierra. Esta es una cebichería que recomiendo sobremanera probar. Además de poder comprar variedad de pescados para llevar, a precios de mercado, tienen la oferta de cebiches más interesante que he encontrado en el país.

Su carta tiene 17 cebiches distintos, por demás interesantes y novedosos. La variedad no está en la proteína, pudiendo escoger pulpo, concha, pescado y camarón, sino en sus fondos. Todos los que probamos eran cebiches mixtos, de camarón y pescado.

El primero, con pimiento morrón cocido y licuado junto con fondo de camarón, leche evaporada, limón, tomate y culantro. El segundo, de leche de coco con hierbabuena, limón, tomate y culantro. El último, de vegetales quemados, igualmente licuados con el fondo de camarón, culantro, aceite de sésamo y limón. Las combinaciones fueron muy acertadas y excelentemente ejecutadas. De la carta, quedaron por probar muchos otros que lucían también interesantes, como el de maracuyá, de rocoto, de aguacate, el vegetariano con piña asada, el de ají amarillo y de pichagua.

El sitio tiene también una variedad de pastas, arroces y risotos con mariscos, así como de sopas y cazuelas marineras, y la opción de la pesca del día, a precios razonables. Sitio muy recomendado.

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