Siempre hay un piso más en el sótano de fracasos del Manchester United. El Coventry City, en una de las mayores gestas que se recuerdan en la competición, empató un 0-3 en veinte minutos, tuvo un remate al travesaño y un gol anulado para clasificarse a la final de la FA Cup y solo cedió en la tanda de penaltis ante el otrora todopoderoso United.

Los Diablos Rojos rozaron un bochorno histórico y solo les salvó la madera, el VAR, que detectó un fuera de juego en el que hubiera sido el 4-3 en el descuento de la prórroga, y una tanda de penaltis en la que dos fallos condenaron a los Sky Blues, que se fueron con la cabeza bien alta, más que el United, de Wembley.

Se repetirá la final del año pasado, cuando ganó el Manchester City por 2-1 al United para dar el penúltimo paso hacia el histórico triplete de los de Pep Guardiola.

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Los más optimistas confiaban en que el Coventry City, un equipo que se quedó a un partido de subir a la Premier League la temporada pasada, pudiera dar la sorpresa y meterse en la final como cenicienta total del torneo, pero el cuento de hadas pareció durarle poco.

Tras un par de oportunidades, para Alejandro Garnacho y Rashford, muy claras ambas; llegó el 0-1 de McTominay, apareciendo como delantero centro para empujar a la red un envío de Diogo Dalot que se coló entre dos jugadores del Coventry.

El tanto quitó mucha presión al United, que no se echó para atrás y buscó matar el encuentro. Lo consiguió después de que Collins, el portero del Coventry City, hiciera un paradón brutal a Rashford y la pelota se fuera a córner. En el saque de esquina, Harry Maguire cabeceó completamente solo el envío de Bruno Fernandes y mandó a dormir un encuentro que tenía más trampa en el horizonte para el confiado United.

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Para casi despejar cualquier duda y es que este United ya se dejó empatar un 0-2 contra el Newport hace no tanto en la FA Cup, Fernandes hizo el tercero a media hora para el final.

Su disparo, en un barullo en el área, tocó en la pierna de un defensor de los Sky Blues y despistó a Collins, que poco pudo hacer.

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Y ahí comenzó la historia y la que pudo ser una de las mayores gestas de la competición. Los 34.000 aficionados del Coventry City se conformaron con el tanto de Ellis Simms en el minuto 71 y que les permitía soñar con una remontada casi imposible, pero que empezó a tomar forma cuando Callum O’Hare probó fortuna desde fuera del área y su disparo tocó en la espalda de Aaron Wan-Bissaka y se coló mansamente en la portería de Onana.

Terror en el Manchester United, al que los seis minutos de añadido se le hizo un mundo y acabó como tienen que acabar estas historias cuando está involucrado el equipo de Erik Ten Hag. Wan-Bissaka, para completar una gloriosa segunda parte, sacó la mano a pasear y cortó con ella un centro.

El árbitro se tomó unos segundos para nerviosismo del Coventry City, pero pitó un penalti que transformó Haji Wright y niveló en el 95 unas semifinales que en el 70 iban 0-3.

La prórroga, lejos de ser una comparsa, trajo consigo un disparo al larguero de Bruno Fernandes, una réplica a la madera de Simms y el drama máximo, un gol anulado a Torp en el último segundo que dejó a los Diablos Rojos rendidos en el césped. Los levantó el VAR, que vio un fuera de juego al comienzo de la jugada y cortó la celebración de los Sky Blues para mandar las semifinales a penaltis.

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En la tanda, Casemiro falló el primero, con un disparo flojo al centro a lo Bernardo Silva. Le siguió el acierto de Wright y Torp para el Coventry City y los goles de Dalot y Eriksen para mantener vivo al United.

La ventaja se acabó ahí. O’Hare, autor de un gol en el partido, se topó con Onana, Bruno no falló y el capitán Sheaf tiró su lanzamiento a las nubes. Rasmus Hojlund no perdonó el último tiro y devolvió al United a la final de la FA Cup.

Ahí se verán las caras con sus vecinos del City, que ya les vencieron el año pasado. (D)