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MIAMI, EE.UU..- Shaquille O'Neal subió las escaleras a lo alto de un escenario improvisado en el gimnasio de su casa, sacó unas tarjetas con anotaciones y dijo lo que consideró impensable por mucho tiempo: adiós. Fue el martes pasado, pero ya la NBA lo extraña.

O'Neal, de 39 años, oficializó el viernes pasado su retiro en una ratificación de que sus días como jugador habían terminado en la NBA, tal como había anunciado el miércoles en un video publicado a través de Twitter.

Con sus palabras, O'Neal cerró el círculo de su carrera profesional. La concluyó en su casa en un suburbio de Orlando, la ciudad en la que se inició en la NBA en 1992, cuando el Magic lo eligió en el primer turno del draft.

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"Jamás pensé que llegaría este día", dijo O'Neal. "El Padre Tiempo finalmente alcanzó a Shaquille O'Neal".

El pívot insistió que su retiro de la NBA es definitivo y que no regresará ni será entrenador para nadie, salvo para sus tres hijos.

O'Neal termina su carrera con 28.596 puntos, 13.099 rebotes, 15 participaciones en el Juego de Estrellas, cuatro campeonatos y tres trofeos al Jugador Más Valioso de la final. "Soy el tipo más afortunado del mundo", dijo.

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Shaq, de 2,13 metros de estatura, tiene un futuro inmediato incierto. Posiblemente trabajará pronto en TV, pero su salud está primero. Las lesiones le pesaron bastante esta temporada con los Celtics y si su tendón de Aquiles no sana, deberá operarse.

O'Neal trajo un cambio al juego con su combinación de estatura y corpulencia: llegó a destruir más de un tablero con sus volcadas poderosas. Además, incursionó como rapero en los 90.

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Nunca escatimó gastar grandes sumas de dinero (650.000 dólares en un año en Miami para convertirse en Navidad en 'Shaq-a-Claus'), a beneficio de los niños desfavorecidos.

Y sus citas son casi leyenda desde su insistencia en que lo llamaran él Gran Aristóteles, hasta su afirmación en la fiesta de la firma de contrato con Miami (2004) de que él era como "el papel sanitario y la pasta de dientes... He mostrado que soy bueno para lo que sirvo".

O'Neal aseguró que se quedó triste por no completar algunos logros, entre ellos llegar a los 30.000 puntos y lo atribuyó a su ineficacia en los tiros libres.

A la pregunta al final de la conferencia, de cuál sería su consejo a los jugadores, O'Neal sugirió: "Sean líderes, no seguidores".

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