Divertirse dentro del hogar, igual o mejor que en una fiesta colectiva, es posible. El bar es un espacio para compartir  historias y  deseos con una copa de por medio.Prohibido ingerir alcohol, se decía, como una orden, en el  siglo pasado. Ante este hecho  se desarrollaron mecanismos para evadir a las autoridades y conservar el líquido en las viviendas. Las restricciones drásticas terminaron, pero quedaron los bares interiores como vestigio.Un bar puede ser acondicionado en espacios reducidos o en grandes extensiones, pero lo más importante es destinar el lugar adecuado para las bebidas, las copas y los utensilios, señala María Teresa Guzmán, diseñadora de interiores. Modelos y formas hay varios, entre ellos, el estilo minimalista que presenta Gonzalo Cedeño, diseñador vanguardista, enfocado en los colores fuertes, las líneas rectas y    el vidrio. Aquí no se incluyen texturas sino la limpieza del material como principal atractivo. El uso de madera oscura y  de metal es otra tendencia que se hace presente. Guzmán coincide en utilizar  colores fuertes. Aconseja aplicarlos  en el tapiz de las infaltables butacas de un bar interior, para  dar el realce y la energía que el lugar requiere.Un punto que no se puede pasar por alto es el almacenamiento. La función de este espacio es precisamente tener todo al alcance de la mano y además hacer que se vea atractivo ante los demás. No hay que ocultar nada, al contrario, las botellas y las copas son parte de la decoración del mismo.La iluminación es un factor importante,  se aconseja utilizar diferentes tonalidades e intensidades para darle movimiento al espacio.Bares simples o llenos de detalles es cuestión de estilo personal, pero en ninguno se justifica que no cumpla su función: facilitar una velada amena. Varias gavetas, una pequeña nevera,   anaqueles, colores intensos harán decir ¡salud! (G.J.) Fuentes: Ma. Teresa Guzmán (tere.guz@gmail.com) y Gonzalo Cedeño (gonzalo@cdno.ec).