Tiene la voz temblorosa y siente un poco de vértigo, pero eso es apenas perceptible frente al abrumador apoyo que lo ha confortado y fortalecido en el momento más difícil de su vida. El periodista Hernán Higuera, conocido por su vasta trayectoria en pantalla, narra desde su hogar, con tono pausado, su experiencia tras haber superado al COVID-19.

El pasado 20 de julio las oraciones de su familia, de amigos y de cientos de personas que lo conocen por su trabajo profesional se hicieron realidad: Higuera fue dado de alta en el Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM), después de permanecer más de un mes internado en esa casa de salud.

La noticia de su contagio la dio a conocer él mismo, el 9 de junio. En Twitter publicó una imagen del resultado positivo de la prueba que se realizó e indicó que se encontraba estable, en su casa y bajo supervisión médica. Pero su salud empeoró al poco tiempo. El 18 de junio ingresó a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del HCAM.

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De su permanencia en la UCI dice que no la recuerda y prefiere dejarlo así, para no atormentar más a su mente. Ahora su meta es recuperarse por completo, dedicar más tiempo a sus hijos, a sus padres, y luego poder viajar con ellos a conocer nuevos lugares.

Los médicos le indicaron que, con los cuidados adecuados, en aproximadamente un mes podría volver al oficio de contar historias.

Agradece constantemente a todos los que estuvieron pendientes de su situación y que no dejaron sola a su familia. Ese respaldo se tradujo incluso en un telemaratón que organizaron sus compañeros de escuela, en Tulcán, para recaudar fondos, puesto que la enfermedad es sumamente cara de afrontar, como el propio Higuera lo contó en uno de sus reportajes.

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Respira hondo. Para él, poder compartir su historia es tener una segunda oportunidad de vida.

“Me siento muy feliz… Esta enfermedad me deja muchos amigos con quienes contar. Y son muchos. Son millones los ecuatorianos que se sumaron a este duro proceso. Tengo las firmes ganas de recuperarme”, afirma Higuera, aunque su cuerpo todavía es débil.

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No está seguro del lugar donde se contagió, pero descarta que haya sido durante el reportaje que realizó sobre el personal médico que dedica incontables horas al cuidado de los pacientes con COVID-19.

Higuera no se amilanó en la pandemia. Era consciente de los riesgos, así que mantuvo todas las medidas de seguridad posibles en sus coberturas. No dejó de cubrir temas sensibles, con tal de llevar a la audiencia la información necesaria sobre lo que pasaba en el país.

¿Qué me motivó a hacer eso? Fue esa desidia, esa falta de coherencia en el tema del trato a esos héroes que siguen batallando contra la enfermedad todos los días. Nadie les dedicaba una línea a las enfermeras. Nadie les dedicaba una línea o video a los médicos. Nadie sabía lo que estaba pasando dentro de los hospitales y eso era lo que queríamos contar”, describe el periodista de 45 años que en el 2012 ganó el Premio Internacional de Periodismo Rey de España, por la cobertura de la revuelta policial del 30 de septiembre de 2010.

Las vidas de comunicadores que se llevó el virus

En más de un año de pandemia, el COVID-19 ha cobrado la vida de 34 comunicadores sociales del país, de acuerdo con registros de la Fundación Andina para la Observación de Medios (Fundamedios).

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Todas las víctimas son hombres. La mayoría eran de la provincia del Guayas. También hay casos de Tungurahua, Chimborazo, Sucumbíos, Pichincha, Azuay, El Oro, Los Ríos, Santa Elena, Pastaza y Manabí.

Trabajaban en radio, prensa y televisión. Eran locutores, productores, camarógrafos, conductores.

Dentro del plan de vacunación del Gobierno no se ha realizado una inoculación específica de los comunicadores sociales. Hubo confusiones por parte de varios gremios que llamaron a jornadas de vacunación, pero fueron desmentidas por las autoridades del Ministerio de Salud Pública. (I)