"Paro", "desahucio", "recortes", "escrache", pero también "naufragio", "indignado" o "depresión" son algunas de las palabras que los ciudadanos asocian con la actual crisis, y precisamente la relación entre ésta y el lenguaje será analizada la próxima semana en un seminario internacional en España.

Algunos de los ponentes al VIII Seminario Internacional de Lengua y Periodismo, que organizado por la Fundación de Español Urgente (Fundéu BBVA) y la Fundación San Millán, se celebrará en la región de La Rioja los próximos días 16 y 17 de mayo, han resumido para la Fundéu las palabras que, en su opinión, mejor ilustran la crisis.

Magí Camps, redactor jefe del diario de Barcelona 'La Vanguardia', eligió "escrache", "una palabra importada del español argentino que es la culminación de todo el proceso de burbuja, hundimiento, rescate e indignación ciudadana hacia nuestros gestores económicos".

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A José Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), esta crisis le sugiere la expresión "medidas desesperadas" "porque a lo largo de los cerca de 6 años de crisis ningún gobierno ha sido capaz de explicarla a los ciudadanos y de desarrollar un plan que nos ayude a superarla".

"Depresión" lo elige José Carlos Díaz, economista jefe de Intermoney, "por su dureza -20 por ciento de caída del empleo- y por su duración. Ambas cosas generan un ambiente depresivo en la sociedad".

Soledad Gallego-Díaz, columnista de 'El País' sugiere "la desregulación de los mercados financieros...Sin ella no hubiera habido una crisis como la actual".

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"Lo peor de la crisis ha pasado" es la frase escogida por Víctor Márquez, director de Comunicación del Banco de España, una frase que "la han pronunciado miembros de gobiernos de diferente signo político en distintos países y de distintos organismos económicos" pero que, a su juicio, "empezará a describir esa anhelada realidad de mejora económica cuando salga de la boca del ciudadano común".

También elige una frase Lucía Méndez, redactora jefe de Opinión del diario 'El Mundo', en este caso la de "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades", con la que "expertos, Unión Europea y Gobierno explican las medidas duras que han debido tomar para purgar el pecado del despilfarro.

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Pero también "rescate", que hasta mayo del  2010, era un concepto positivo, salvar a alguien de perecer. Ahora es una amenaza".

John Müller, director adjunto de 'El Mundo' opina que "déficit" "define la crisis española, porque el indicador más evidente en los años 2006 y 2007 de que íbamos al hundimiento fue el déficit por cuenta corriente de más 10% del PIB".

Ricardo de Querol, redactor jefe de Sociedad de "El País", cree que la palabra "indignado" "retrata el estado de ánimo de los perjudicados de la crisis, que somos casi todos" y añade que "la indignación me parece hoy la actitud ciudadana más digna posible en unas circunstancias terroríficas".

"Empoderamiento" es el término elegido por Yolanda Quintana, periodista, coautora del libro "Ciberactivismo": "frente al fatalismo y la resignación, el nuevo activismo en red promueve estrategias y tácticas para organizarse al margen de organizaciones previas".

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Elena Gómez, profesora de Redacción Periodística de la Universidad Europea de Madrid, elige "reajuste", una palabra "eufemística" que "pretende arrojar una imagen positiva", pero que al ciudadano le sugiere "recorte".

"Si pienso en el estado de bienestar, asocio la crisis a un "naufragio" como el del Titanic, el hundimiento de un buque que considerábamos seguro y estable", señala Salvador Gutiérrez, catedrático de Lingüística General de la Universidad de León y miembro de la Real Academia Española.

Carmen Llamas, profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra piensa en "ruptura" porque "romper recoge aspectos y sensaciones que los ciudadanos sienten ante una época de crisis".

La frase "no sé cómo va a acabar esto" resume, para Ricardo Morant, catedrático de Lingüística General de la Universidad de Valencia "la incertidumbre y el miedo, a perder la casa, el trabajo, la pensión, la prestación sanitaria, los ahorros etc".

Y Salvador Pons Bordería, catedrático de Filología Española de la Universidad de Valencia elige una frase de los gobernantes "hacemos lo que hay que hacer".