El frío sigue cumpliendo una función trascendente en la salud de los deportistas amateur y de élite, respecto a la reducción del tiempo de paralización en sus actividades ocasionadas tanto por dolencias físicas, contracturas, desgarros, tirones musculares y/o dolores por algún problema en la estructura morfológica del atleta.En la medicina deportiva moderna, la aplicación del frío sobre el organismo se conoce como crioterapia. En Inglaterra y México, por ejemplo, clubes de fútbol incorporaron a sus centros deportivos cabinas de frío de cuerpo entero, precisamente para proteger sus patrimonios: los futbolistas.La crioterapia de cuerpo entero es una técnica profiláctica-terapéutica, que usa como principio activo el frío generado por una nube de vapor de nitrógeno (N2) seco a temperaturas iniciales de -110 grados centígrados, alcanzando -180 con un tiempo de 1 a 3 minutos.En Samborondón, el Centro de Atención Médica Dr. Arce-Ángel Mena (en el c. c. Río Plaza) introdujo esta tecnología en septiembre pasado, apoyándose de una cabina modelo CRYOB chillout, procedente de México.El médico deportólogo Andrés Arce explica que la terapia de frío de cuerpo completo funciona a partir del abastecimiento de nitrógeno líquido, formando en el interior de la cabina una nube de nitrógeno seco, para que esta pueda inferir frío en el paciente. El especialista detalla que mediante esa nube, que se forma en temperaturas que oscilan entre 110 y 193 grados bajo cero, “el cuerpo, con sus nociceptores y con sus receptores dérmicos puedan lograr aumentar el flujo sanguíneo y disminuir la inflamación del paciente”.No solo deportistas pueden someterse a la terapia de frío de cuerpo completo. Arce sostiene que son aptos también pacientes posquirúrgicos de cirugías estéticas, de cirugías traumatológicas (que puedan estar de pie durante siete u ocho minutos y resistan la terapia en bipedestación); pacientes con esclerosis múltiple, entre otros.No obstante, pacientes hipertensos y diabéticos tendrán que presentar los respectivos certificados médicos. Previamente a la terapia, al paciente se le realiza una historia clínica, para reconocer si está apto o no, y luego se le toma la presión arterial porque “el frío aumenta la presión arterial. La aumenta entre diez y doce o quince milímetros de mercurio normalmente”, expresa Arce. (D)