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El océano Atlántico Norte es un centro de actividad biológica, debido en gran parte a la Corriente del Golfo, que suministra una rica corriente de nutrientes.
El satélite proporciona mediciones, las primeras en su tipo, de la salud de los océanos, la calidad del aire y los efectos de un clima cambiante.
La mayor actividad sísmica y volcánica del planeta se registra en esta zona.
Los respiraderos hidrotermales son ricos en sustancias químicas que suministran energía a la vida animal, alimentando ecosistemas ricos y productivos.
El decenio concluido en 2023 fue el más cálido desde que comenzaron las mediciones.