La pandemia obligó a un confinamiento general al Ecuador hace cuatro años. En la actualidad, el país vive un encierro a medias y voluntario por el temor que causan la violencia y el narcotráfico, combatidos desde el martes pasado utilizando como una de las herramientas del Gobierno la declaración de conflicto armado interno.

En ese contexto, una de las primeras preocupaciones ciudadanas es estar abastecidos, y volvió a pasar lo de la pandemia: perchas de productos cárnicos y de aseo personal se quedan vacías por horas hasta que el sector productivo y comercial las reorganiza. Desde los supermercados se anuncian horarios de atención para evitar aglomeraciones y calmar a los clientes.

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Hasta el momento no hay alertas o problemas de abastecimiento de productos de primera necesidad y es importante que el sector productivo reitere las condiciones a fin de atacar la desinformación al respecto y evitar especulaciones. Los controles en los mercados, así como la decisión de reemplazar por un artículo similar lo que no se encuentre, son medidas necesarias a nivel público y privado.

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En las circunstancias actuales también los servicios se vuelven una angustia para la población. El Ministerio de Salud anunció la reapertura progresiva de las consultas. Jonathan Guacho, viceministro de Atención Integral de Salud, adelantó la mañana del 11 de enero que 1.192 establecimientos de salud de primer nivel están habilitados para el reagendamiento de citas. Una buena noticia para los que buscan atención médica.

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El transporte se habilitó casi en su totalidad en Guayaquil y aunque con temor los ciudadanos reanudaron sus labores, más allá de que algunas empresas y escuelas y colegios se mantienen en teletrabajo. La economía del Ecuador debe reactivarse, quienes buscan empleo no han dejado de hacerlo. La única manera de progresar es con trabajo. El Gobierno, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional mantienen su trabajo contra el terrorismo y en paralelo tienen la obligación de garantizar seguridad al Ecuador productivo. (O)