El fenómeno de El Niño se aproxima y no será menos que un invierno fuerte (como las lluvias de febrero y marzo de este año), ¿hasta qué intensidad exactamente llegará? Se tendrá que esperar más para saberlo. Queda prepararse lo más posible para lograr paliar su paso por Ecuador.

Uno de los sectores productivos que ya sienten sus efectos es el pesquero, debido al calentamiento de las aguas que hace que los peces se redistribuyan buscando aguas más frías. Se prevé que sectores como el camaronero –principal producto de exportación que supera ya hasta al petróleo y genera importantes divisas– se vean afectados, pues el 50 % de las camaroneras están en zonas inundables, según la Cámara Nacional de Acuacultura.

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Industrias ven con preocupación que el impacto en la infraestructura afecte la logística y altere la transportación de productos desde las plantas procesadoras hasta los puertos y mercados de destino. Frente a esto, las empresas deben tomar las medidas oportunas para prevenir cualquier inconveniente en sus cadenas productivas, principalmente las que fabrican productos de primera necesidad.

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De igual manera se espera que las autoridades (de todos los niveles de Gobierno, desde el central hasta municipios) estén preparadas para actuar ante fuertes estragos, como daño de vías o inundaciones, así como estrategias financieras de apoyo. Otro punto importante desde lo público será cuidar que los especuladores no se aprovechen de cualquier disminución de productos, pues las consecuencias las sufrirían desde el productor agrícola hasta la persona que va a comprar al mercado los alimentos para su familia.

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Identificar las zonas de mayor riesgo y el análisis de posibles herramientas son dos puntos ligados importantes.

Llevamos meses hablando de los riesgos por El Niño, que se estima llegue en noviembre, y deberían ya estar avanzados los planes desde el sector público y el privado para hacerle frente en lo que más se pueda, pues es vital recordar el costo que tuvo para el país en el pasado. (O)