“Nos regimos por los principios de democracia, interculturalidad, autonomía, transparencia, responsabilidad, eficacia, eficiencia, objetividad, igualdad, equidad, imparcialidad, inclusión, respeto y legalidad”. Si, con sorpresa, está pensando que al fin alguna institución pública se decidió a dar a conocer sus principios, se equivocó. Lo que acaba de leer es el artículo 3 del acta de constitución del Observatorio Ciudadano de Políticas Públicas de la Universidad Casa Grande, integrado por jóvenes que se han preparado para conocer y entender las políticas públicas y para analizar y evaluar su cumplimiento. Fue un trabajo serio y largo: leyeron, recibieron información de personas especializadas, investigaron, realizaron encuestas, hablaron con muchos habitantes de la ciudad y están listos

Universidad Casa Grande organizó certamen intercolegial de periodismo

La Facultad de Ciencias Políticas inició el proyecto como parte de su vinculación con la sociedad. Empezó con una convocatoria abierta a jóvenes que quisieran prepararse para ejercer una ciudadanía informada. Respondieron 75, unos no perseveraron y quedaron 49. El día que se firmó el acta constitutiva, frente a jóvenes y adultos interesados en el tema, decían con entusiasmo: “Hoy terminamos nuestra formación e iniciamos nuestro trabajo como ciudadanos”.

El Observatorio iniciará sus tareas empezando por Guayaquil, generarán “datos que pongan en evidencia asuntos de interés público pertinentes para la toma de decisiones de los gobiernos autónomos descentralizados municipales”, escucharán a los habitantes y harán conocer al Municipio el resultado de su trabajo, lo que podría servir como elemento de decisión.

Quizá el país sería distinto si hubiera más observatorios serios y comprometidos para analizar y evaluar las políticas públicas...

Los miembros del observatorio dicen que lo hacen porque quieren construir una nueva ciudad y participar en ello, que los jóvenes están interesados, pero no les dan la palabra. Quieren una ciudad donde se escuche a la gente, donde se cumplan las políticas públicas que a veces son un enunciado. Tienen claro, también, que para exigir a las autoridades hay que conocer las competencias que les otorga la ley, sin responder a partido o movimiento político alguno.

El artículo 85 de la Constitución “garantiza la participación de personas, comunidades, pueblos y nacionalidades en la formulación, ejecución, evaluación y control de las políticas públicas y servicios públicos”, sin embargo, son pocos los ecuatorianos que asumen la tarea. Quizá el país sería distinto si hubiera más observatorios serios y comprometidos para analizar y evaluar las políticas públicas de áreas como educación, salud, cultura, vivienda, etc.

El 76 % de peatones en el centro desconoce que pueden ser multados: estos son algunos de los resultados del proyecto ‘Movilidad Guayaca’, de estudiantes de la Universidad Casa Grande

Esto va más allá de la participación en lo relacionado con la ciudad en la que se vive, porque un ciudadano bien informado está más motivado para la participación activa en el desarrollo del país, para asumir la responsabilidad de su voto, para contribuir al desarrollo de una sociedad más justa y democrática, que se sostiene en una ciudadanía crítica y comprometida con la comunidad. Los jóvenes de este observatorio demuestran que se interesan por su ciudad, por el país, por el futuro; solo necesitan la oportunidad para organizarse y actuar. Nos están dando una lección, preguntémonos si estamos dispuestos a aprenderla y obrar en consecuencia. (O)