Después de varias semanas de suspenso y especulaciones en torno a las reformas al COIP, se produjeron dos hechos que pueden marcar un nuevo rumbo. El primero fue la insuficiencia de votos para aprobar el proyecto presentado por la Comisión de Justicia, que fue el origen de la controversia. Camuflados entre otras reformas, allí constaban los artículos sobre la revisión de sentencias y el levantamiento de la reserva de las investigaciones que lleva a cabo la Fiscalía. El segundo hecho fue la decisión del presidente de la Asamblea de suspender la sesión. La causa fue la inexistencia de quorum, debido al abandono del bloque correísta que, para recuperarse de su derrota, exigía una nueva votación por determinados artículos. El resultado de esta etapa -podría considerarse el primer tiempo del partido- es que se perfila más la posibilidad del archivo del proyecto.

Si la Asamblea Nacional no consigue reformar el COIP, el presidente Daniel Noboa podría hacerlo de ganar su consulta popular

En términos políticos, el resultado deja dos asuntos claros y dos incógnitas. Lo primero que está claro es la derrota del correísmo, que perdió la que se perfilaba como su mejor oportunidad para lograr la impunidad de su líder y quedó al descubierto la ausencia de límites en sus acciones encaminadas hacia ese fin. El segundo asunto evidente es el triunfo parcial del Gobierno, ya que si se hubieran aprobado las reformas habría perdido sentido casi toda su consulta. La Asamblea se habría llevado la gloria de la aprobación de temas como el incremento de penas, con lo que algunos sectores de oposición habrían tenido asidero para llamar a votar negativamente en la consulta debido a la inutilidad de aprobar algo que ya estaría vigente.

(...) la primera incógnita surge por el futuro del acuerdo tripartito que tan eficientemente funcionó...

Por otra parte, la primera incógnita surge por el futuro del acuerdo tripartito que tan eficientemente funcionó en la Asamblea desde su instalación. Es muy poco probable que pueda mantenerse la armonía entre los bloques del correísmo, el nebotsismo y el noboísmo (o, si se quiere jugar a la política-ficción y creer que existen instituciones políticas, entre RC, PSC y ADN). Por lo menos el primero ya no se sentirá a gusto con esos socios, que claramente lo dejaron solo y se alzaron con un triunfo que, por cierto, les dará réditos ante una mayoría ciudadana que rechazaba la maniobra en que se hallaban todos ellos hasta el jueves pasado. Deben haber dolido e indignado mucho los aplausos que les dieron los exsocios cuando abandonaban la sesión.

El infierno está empedrado de buenas intenciones

La otra incógnita proviene del futuro que les espera a los dos socios sin el correísmo. El paso dado por los seguidores de Nebot, de la mano del presidente de la Asamblea, podría acercarles al Gobierno -aún más de lo que ya están- o ceder a la tentación de aparecer como oposición y buscar otras alianzas. Por el momento parece más probable lo primero, esto es, el apoyo al Gobierno. Pero, como en ocasiones anteriores, no será explícito o, para decirlo en términos costeños, será tapiñado. De cualquier manera, si deciden mantenerse juntos, estarán obligados a armar una nueva mayoría, lo que será algo muy complejo, no solo por la fragmentación de la Asamblea, sino por la cercanía de las elecciones presidenciales y legislativas, que ponen sobre la mesa los cálculos de corto plazo. Todo dependerá de la decisión que tome el correísmo, ya que pragmáticamente podría optar por mantener la alianza y dejar sin sentido lo dicho en los párrafos anteriores. (O)