¿Cuál es la esencia de las sociedades humanas? Sin orden... Uno, la economía que ha permitido la sobrevivencia primero y el progreso después; dos, la tecnología que ha potenciado esa evolución; y tres, las relaciones humanas que son la esencia misma de las agrupaciones marcando su descendencia, esperanzas y visiones.

La tecnología las ha transformado. El fuego: permitió que la noche se incorpore al tiempo real (antes era quizás solo un espacio de temor y espera), luchar mejor contra depredadores, la cocción de alimentos y más. Más tarde la rueda, que cambió el transporte y la eficiencia, y al medio la revolución agraria. La escritura más la imprenta y el libro, que nos llevaron de una sociedad oral a la de signos. La matemática (¡el maravilloso invento del cero!) y la ciencia, para entender más allá de lo aparente. Potencia y energía nunca imaginadas: la máquina de vapor y el motor a combustión. Un entorno irreconocible con la electricidad. Y desde la Segunda Guerra: energía nuclear, computadoras, la revolución de las comunicaciones, que ahora es instantánea y masiva, y todo lo que ya está modificando profundamente al ser humano en biología, inteligencia y quizás hasta geográficamente (pronto estaremos en los planetas cercanos). Esto y más.

‘Muerto antes que sucio’

Ha cambiado la economía, de sociedades de cazadores-recolectores a agricultores, y luego hacia el desarrollo de las ciudades, y la manufactura (en esencia masificadora) para abastecer a grupos humanos cada vez más numerosos y exigentes, mil formas de transporte y comunicación, y la revolución de los servicios. Todo con una dirección: la mayor productividad que permite generar más valor y mayores opciones en la vida, utilizando mejor los recursos, en particular el recurso tiempo, ya sea como productores o consumidores, aunque ciertamente (el progreso es el resultado de más pros que contras) hay obstáculos, como hoy por ejemplo el mal uso de los recursos naturales, como aire o agua (problemas que casi sin ninguna duda superaremos).

Hablar desde el yo

Fantástica evolución, pero siempre me pregunto: ¿y las relaciones humanas? ¿Seguimos siendo cavernícolas o hemos evolucionado? Hay buenas señales, como todos los estudios que muestran menor violencia per cápita, es decir, relativamente menos muertos violentos, asaltos, resolución de conflictos por medio de la fuerza (simplemente imagine cómo eran Roma, la Edad Media o el lejano Oeste estadounidense)... Pero, la verdad, eso no me basta... Me pregunto: ¿realmente han mejorado las relaciones humanas?, ¿somos más tolerantes, menos egocentristas y vanidosos?, ¿las parejas hoy son más estables y de mejor relación?, ¿en las organizaciones empresariales, que existen desde hace centurias, hay menos envidia, menos deseos de “serruchar el piso” o de pasar encima de los otros?, ¿mentimos menos, somos menos corruptos y aprovechadores?, ¿más altruistas?, ¿con mejores equilibrios sicológicos internos? La verdad, dudo, y debemos reconocer que en eso la maravillosa tecnología poco ayuda: ¿el celular o la inteligencia artificial ayudan en una profunda disputa de pareja?, ¿el arribismo? ¿la honestidad? ¡Hay esta dimensión esencial que depende de nosotros y de nadie más..., no de grandes inventos que aportan mucho, ¡pero no en ese campo! (O)