El expresidente venezolano Hugo Chávez (ya murió) fue el impulsador de un organismo regional latinoamericano y del Caribe. Con el apoyo de todos los países sudamericanos se fundó la Unasur (Unión de Naciones del Sur), que tenía un sesgo anti Estados Unidos y la “buena” intención de unificar políticas regionales, en defensa del subcontinente americano (América del Sur).

Organismo que muy pronto se vinculó con la novelería del socialismo del siglo XXI que entusiasmó a Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia y Ecuador, por supuesto a Venezuela y la injerencia cubana; cayendo en desgracia a pocos años de creado por cuanto sus líderes, de manera especial en Brasil y Argentina, cayeron en estrepitosos actos de corrupción, “gracias” a empresas multinacionales como Odebrecht, que con coimas millonarias obtuvieron las construcciones de costosas obras públicas, con sobreprecios; algunas innecesarias, construidas con grandes defectos técnicos. La corrupción a flor de piel (coimas millonarias versus obras públicas a cambio). Gracias a Dios, muchos de esos países se retiraron de la Unasur; no ha funcionado por dos años y no cuenta siquiera con un secretario que convoque y coordine sus acciones. El presidente Lenín Moreno ya solicitó la salida del Ecuador de la Unasur y la devolución del edificio sede, que el gobierno del expresidente Correa donó, costándole al país $ 40 millones, y fue construido en la Mitad del Mundo (a 12 kilómetros al norte de Quito). También va a retirar la estatuilla del ex mandatario argentino Néstor Kirchner, primer presidente de este organismo. El edificio será destinado a una universidad para el sector indígena ecuatoriano, según declaraciones gubernamentales. Los países salientes de la Unasur, liderados por el actual presidente de Chile, se reunieron en Santiago y decidieron constituir Prosur, con objetivos diferentes a los de Unasur; para fortalecer los regímenes democráticos de América del Sur. Comparto la iniciativa, pero no su nombre, da la impresión de que sus propósitos podrían favorecer política y económicamente a los países del sur de Sudamérica: Brasil, Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay. La balanza de fuerzas en las decisiones la tendrían Perú, Colombia y Ecuador; Bolivia y Venezuela no pesan y no serían miembros por ahora, y con seguridad, mientras sus presidentes Morales y Maduro, respectivamente –dictadores–, quieran perpetuarse en sus cargos, contrariando las normas constitucionales y pronunciamientos populares, que demandan sus salidas del poder y sus juzgamientos por crímenes cometidos –caso venezolano–, y por desacato –caso boliviano– que en consulta popular rechazó los intentos inconstitucionales de Evo Morales, cuya población se opuso a que se lanzara a un cuarto periodo presidencial, para lo cual reformó a su acomodo la Constitución. Preferiría para el nuevo organismo el nombre de Organización de Estados Suramericanos, OES.(O)

Sucre Calderón Calderón,

abogado, avenida Samborondón