El entusiasmo que la política de inclusión del presidente Moreno causó entre los agentes económicos comenzaba a mermar, por falta de resultados. Al rescate viene un fundamental acuerdo entre banca privada y Gobierno sobre el dinero electrónico. Por ley el Banco Central dejará de ser banco emisor y no se convertirá en banco comercial, como era la intención del Gobierno anterior.

La plataforma de dinero electrónico del Banco Central estará a disposición de las cooperativas y banca pública que capta depósitos. La banca privada utilizará su propia plataforma, en la que trabajaba cuando el Gobierno anterior decidió que quería captar ese negocio.

Se imposibilita que un gobierno utilice el dinero electrónico para desdolarizar, como propone el exministro griego Yanis Varoufakis, a quien el entonces presidente saliente trajo al país para que convenza al presidente electo y su ministro de Finanzas designado a que desdolaricen por esa vía.

Ahora en Ecuador, como en el resto del mundo, el dinero electrónico será únicamente un medio de pago. Antes se inventó el cheque; luego la computadora facilitó la proliferación de la tarjeta de débito; ahora la telefonía móvil permite que uno pague por medio del celular.

Las autoridades actuales fueron renuentes a ceder el dinero electrónico. Esgrimían dos motivos. El uno, que el papel del Banco Central es financiar al Gobierno; como ya no puede imprimir billetes para llenar las arcas fiscales, le queda captar fondos del público para prestarle al Gobierno. Por eso también justificaron prestarle al Gobierno la plata de la reserva internacional.

El abuso de la impresión de billetes en fines de los noventa para atender el apetito fiscal ocasionó la febril inflación y masiva devaluación que se resolvieron con la dolarización. Convertir al Central en absorbedero de ahorro nacional ocasionaría un problema equivalente.

El otro motivo de las autoridades es que con la moneda electrónica se reduciría la demanda de billetes en el Ecuador, que consideran costosa y exagerada en relación con la de los países vecinos.

Hacen mal diagnóstico. No es por ineficiencia de la banca que la población usa más billetes que en Colombia y Perú. Ecuador tiene un territorio pequeño, concentrada población, y salvo pocas zonas remotas, siempre hay un banco o cooperativa cerca: mejor servidos que en Colombia o Perú. Los principales motivos para que se prefiera el billete son:

-El dólar lo atesoran en todo el mundo. Hay más billetes de cien dólares en hogares rusos que estadounidenses. Recientemente llevé a Colombia pesos que me sobraron de un viaje anterior. Los unos billetes ya no sirven; los demás no alcanzaban ni para pagar un taxi. En Colombia o Argentina, la gente guarda dólares y no moneda nacional.

-Los billetes superan a los depósitos en cuenta corriente recién a fines del 2014, cuando comenzó el colapso del precio del petróleo y cundió el temor de que el presidente Correa desdolarizaría.

-El fracaso de la política económica ocasionó la contracción de la economía formal. Hay más informales, que usan efectivo para eludir tributos.

Para lo primero, no hay remedio. Lo demás se supera con confianza fruto de buenas políticas públicas. Confiemos en Lenín Moreno. (O)