Lo visto en Venezuela no es nada nuevo. Más allá de los supermercados intervenidos, mercados negros, saqueos, escasez y tanto desastre, en el fondo es la lucha entre la gente que intenta preservar su poder adquisitivo y patrimonio, alcanzados con laborioso esfuerzo, y el gobierno que intenta diluirlo aplicando sus poderes coercitivos. Es la economía (la gente en su vida diaria) luchando con los abusos de la política (el poder).
Lo mismo de Venezuela sucedió con variaciones en Roma hace 2.000 años (una de las razones de la caída del imperio), en Chile de Allende en los setenta (aunque la izquierda esgrima la tesis única del complot empresarial e internacional… que muy probablemente sí se dio pero no fue la razón básica de la debacle), el Perú de Alan García en su versión juvenil, y muchas veces en Argentina (hoy, el gobierno hace todos los esfuerzos para caer en lo mismo, incluyendo perros policías entrenados para detectar a los ciudadanos que sacan dólares en las fronteras). Hay mil ejemplos milenarios del populismo que fracasa.
¿Lecciones?
1) Los recursos del petróleo “caídos del cielo” generan una sociedad de gasto y poca producción y ahorro. Y peor aún cuando ese petróleo va a manos del gobierno que se convierte en dispensador de dádivas y prebendas, la sociedad busca rentas en lugar de esfuerzo, producción y responsabilidad (en el Ecuador debemos agradecer no tener más petróleo del que tenemos).
2) Llega el momento en que el gasto es excesivo en relación a los ingresos, y se busca como financista al Banco Central a base de la creación de dinero, que se puede dar vía crédito al gobierno o devaluación de la moneda (debemos en el Ecuador estar agradecidos de la dolarización).
3) Todo esto es aún peor cuando se han implementado mecanismos de hostigamiento y violación sistemática del derecho (expropiaciones, etcétera) que desalientan la inversión y producción.
4) Esa combinación de excesivo gasto, poca inversión e inyecciones monetarias crea inevitablemente inflación y devaluación (una vez más, gracias por estar dolarizados). Para lo segundo se crea un sistema cambiario absurdo, con varios tipos de cambio que generan enormes distorsiones (ejemplo los venezolanos en Ecuador usando sus tarjetas de crédito) y sobre todo enorme corrupción. Y en lo primero (precios), el gobierno tiende a culpar a los “especuladores”, ciertos comerciantes y productores. La “solución” es confiscación y control de precios, con lo cual aparece inevitablemente la escasez y los mercados negros (la gente que hoy en Venezuela compra los televisores baratos que vende el gobierno, en parte lo hace para revender más caro a otros). Y ese círculo vicioso no lo puede parar el gobierno que lo ha creado, porque no acepta su culpabilidad.
5) El profesor Dornbusch describió las etapas de la “Macroeconomía del Populismo”. Venezuela las ha transitado una por una, desde los inicios felices hasta la debacle actual. La etapa final es la convulsión social, cambio de gobierno y el retorno de los “ortodoxos” (“los malos”) que aplican otra vez la lógica de ciertos principios básicos… ¿cuántos hinchas mantiene el fracasado chavismo en Ecuador?