Desde los tramitadores que merodean las instituciones públicas a la caza de “clientes” hasta los grandes negociados que se cierran en lujosas oficinas y complejas transacciones transnacionales, las redes ilegales para el desvío de fondos del Estado siguieron operando durante la administración de Lenín Moreno y ahora están entre los mayores desafíos del gobierno de Guillermo Lasso.