“Tengo desaparecidos a mis cinco hijos. Es como casi toda mi familia”. Guadalupe Camarena es una madre mexicana que lleva años sufriendo un dolor inmenso. Buscando a sus hijos, junto a un colectivo, ha recibido amenazas de muerte y debió cambiar de residencia.

En casa de Guadalupe, la primera que desapareció fue Lucero Ávalos Camarena. Han pasado ocho años desde que se le perdiera el rastro en Chapala, Jalisco.

A la joven en 2016, de acuerdo con lo informado por Univisión 23, “la obligaban a prostituirse”.

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A su madre le dijo, vía telefónica: “Sabes qué, no soy modelo, madre. Me tienen a fuerzas, me llevan a Puebla y con guardaespaldas”. Lucero no volvió, ni se comunicó más con Guadalupe.

Dos años pasaron y la pesadilla aumentó para esta madre mexicana. En un operativo policial (retén), en Jalisco, se llevaron a sus cuatro hijos varones. Son ellos José de Jesús Martínez Camarena, Ernesto Padilla Camarena, Oswaldo y Tonatiuh Àvalos Camarena.

Los hermanos acompañaban a José de Jesús a un hospital para que recibiera su tratamiento contra el cáncer.

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“Un hijo mío iba manejando y los otros dos iban a ayudar a bajar a José a un hospital particular. Él (José) llevaba una cierta cantidad. Ya no los encontré”, narró para la cadena noticiosa la madre, que tiene un gran altar en casa con veladoras junto a las fotografías de sus cinco hijos.

Guadalupe contó que en una de las búsquedas, para hallar los cuerpos de sus hijos o alguna pista sobre este penoso caso, unos sujetos le dieron a ella, y a sus acompañantes 20 minutos para salir de las tierras. De lo contrario, “nos iban a matar a todos allí”.

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En enero de este 2024, declararon culpables a dos policías de Ocotlán por la desaparición de los 4 hermanos Camarena, reportó el site El Occidental.

“Se decían inocentes y que tenían familia, y que tenían hijos que mantener. ¿Y mis hijos dónde están? ellos también tienen una familia, tienen hijos”, dijo Guadalupe.

Es un paso hacia la justicia pero la verdad faltan tres policías y que trabajen las órdenes de aprehensión de los tres policías, pero vamos a seguir con las búsquedas de mis hijos.

Guadalupe Camarena a El Occidental

El susto que pasó la madre mexicana

La semana pasada, una de sus nietas, también buscadora, fue reportada como desaparecida, pero, afortunadamente para alivio del corazón de su abuela, apareció.

Berenice Lucero Romo Ávalos, de 18 años, quien busca a su madre y a sus cuatro tíos, fue encontrada con vida, casi 24 horas después que se reportara su ausencia, reseñó El Financiero.

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Según ese medio, la Fiscalía de Jalisco informó a través de sus redes sociales que Lucero se encuentra en buen estado de salud. La dependencia omitió datos como el sitio donde se le aseguró y las condiciones de su localización.

Los riesgos de las madres y jóvenes buscadores

La joven Berenice Romo, difundió EFE, fundó los ‘Jóvenes buscadores’.

En México, continuó la agencia, miles de madres, hijas, tías, abuelas y hermanas, salen cada día en medio de riesgos a buscar a las personas desaparecidas en México, cuya cifra supera los 100.000, según el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Estas mujeres “se enfrentan al crimen organizado y a la extorsión, con el nulo apoyo de las autoridades policiales y fiscales de los estados, que las criminalizan y amedrentan para que dejen de buscar a sus seres queridos”, según han denunciado sus colectivos y reseñó la agencia española.

El 13 de marzo de 2024, el Colectivo de Familiares por Nuestros Desaparecidos de Jalisco (FUNDEJ) recogió el IX Premio de Derechos Humanos Rey de España, en una ceremonia celebrada en la madrileña Universidad de Alcalá de Henares (UAH), institución que concede el galardón junto al Defensor del Pueblo español.

FUNDEJ fue reconocida entre 48 candidaturas presentadas de una docena de países por su labor de conciencia y lucha en favor de las más de 15.000 personas desaparecidas que se contabilizan en Jalisco, mientras que en todo México la cifra asciende a más de 113.000.

“Yo quisiera nomás un hueso de mi hijo”: la búsqueda desesperada de familiares de más de 95.000 desaparecidos en México

Hablan las redes

Magaly Fría: “Señor, apiádate de ella”.

Migdalia Delgado: “Qué pasa en México por Dios! Semejante violación a los derechos humanos”.

Ivette Bonachea: “Que triste, pobre señora”.

María Vega: “Es una pesadilla Dios la proteja y vuelvan sus hijos”.

Guadalupe no deja de rezar. En sus camisetas y carteles lleva impresos los rostros de sus hijos. Junto a José de Jesús, Ernesto, Oswaldo, Tonatiuh y Tonatiuh se lee la pregunta que espera le respondan: “¿Dónde están mis hijos?”.

(I)

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