Visibilizar sus esfuerzos de conservación y de transición energética, además de plantear su posición en las negociaciones de fondos de reparaciones ambientales para países en vías de desarrollo son algunos de los objetivos de Ecuador en la edición 28 de la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP) en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, donde participarán países miembros de las Naciones Unidas y que comenzará el próximo 30 de noviembre.

Quizás uno de los temas más urgentes es el del fondo de pérdidas y daños para los países más vulnerables a los efectos negativos del cambio climático y para los que menos contaminan, un reclamo que se concretó en la última conferencia con la aprobación de la creación del fondo. Sin embargo, muchos de sus aspectos operacionales no fueron detallados, y, por lo tanto, todavía no está en funcionamiento.

Otro aspecto por tratar será la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. El último reporte de la ONU sobre el tema indica que la meta de mantener el aumento de temperaturas globales en 1,5 grados celsius es básicamente imposible. Los países que más emiten son los desarrollados, en contraste con estados como Ecuador.

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En entrevista a Diario EL UNIVERSO, Karina Barrera, subsecretaria de Cambio Climático, expresa las posiciones del país respecto a los compromisos de reducción de emisiones planteadas en el acuerdo de París y la influencia del modelo de consumo global actual en el panorama ambiental.

¿Cuál es la meta del país para la COP de este año?

Tenemos varios objetivos, como visibilizar los esfuerzos que venimos haciendo en la lucha contra el cambio climático y estas acciones positivas, que nos vuelven líderes en la transición ecológica a nivel internacional. El otro es negociar y presentar la posición del Ecuador en cuanto al acuerdo de París, además de llevar el pabellón del país. Es la primera vez que llevamos un pabellón como el de hoy, de 142 m², un espacio exclusivo para el país dentro de la COP.

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¿Qué empresas privadas estarán presentes en las negociaciones?

De empresas internacionales está Stonex. A nivel nacional están cerrándose todavía con algunas empresas, por eso no podría decirlo todavía. Hay empresas de diferentes sectores, desde las aerolíneas hasta el sector productivo. Hay un esfuerzo importante.

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¿Se terminará de definir el tema del fondo de pérdidas y daños?

Uno de los puntos importantes a tratar es la operativización del fondo de pérdidas y daños, que se creó en la última COP, pero que no está en operación. Queremos un fondo que sea inclusivo, que no deje por fuera al país. Hoy se está orientando mucho a los países más vulnerables. Los que tenemos brechas de desarrollo ya no se nos considera vulnerables, podría llegar a suceder que mucho de este financiamiento se operativice en beneficio de países menos desarrollados, como en África. Los países de la región estamos posicionando la necesidad de que este fondo sea inclusivo y que considere las vulnerabilidades que tenemos también relacionadas a las brechas de desarrollo, dentro de estos temas de pérdidas y daños.

Otro de los puntos importantes es el balance global de mitigación y de adaptación. Se hace por primera vez un recuento, si es que hemos cumplido nuestros compromisos de reducir nuestras emisiones, que nos permita mantener un aumento de temperatura de solo 1,5 grados. Los informes actualmente dicen que no.

Según la ONU, el 80% de las emisiones provienen de países del G20. ¿Qué posición deben tomar los países en desarrollo, como Ecuador, frente a esto?

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Nosotros hablamos siempre de las responsabilidades comunes, pero diferenciadas, si bien es cierto que cuando se creó el acuerdo de París todos adquirimos cierto grado de responsabilidad, antes, con el protocolo de Kioto, los únicos responsables de reducir sus emisiones eran los países desarrollados. Hoy somos todos.

Pero, somos muy fuertes en decir que en el marco de nuestras capacidades nacionales vamos a hacer nuestro mejor esfuerzo, recordando siempre que tenemos una brecha de desarrollo, y que los esfuerzos y las responsabilidades históricas recaen sobre los países desarrollados. En estos puntos somos muy fuertes y son parte de nuestras líneas rojas. Tenemos iniciativas verdaderas en términos de mitigación. Somos líderes en conservación, creamos la Reserva Hermandad, cerramos con 242 % de crecimiento de áreas de protección hídrica, un 42 % de crecimiento de áreas protegidas. Todo eso contribuye a la reducción de emisiones.

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El mismo reporte de la ONU indica que los países no están cumpliendo con sus compromisos de reducción de emisiones.

No hay otra salida más que la reducción de emisiones globales en un 43 % hasta el 2030. ¿Qué se puede hacer? Yo creo que tiene mucho que ver con el modelo de desarrollo que nos planteamos. El modelo de desarrollo se centra mucho en el crecimiento económico y deja de lado el cálculo de recursos naturales. Nuestra moneda de cambio es la biodiversidad, eso también debería contar en el PIB. Cuando estos recursos no se toman en cuenta en las ecuaciones de crecimiento de los países es justamente la realidad que vivimos, modelos de consumo cada vez más intensivos, decimos estar cada vez más comprometidos con la naturaleza, pero cada vez más aumentamos nuestro consumo de ropa, celulares. No consideramos criterios ambientales en nuestro proceso de selección de productos sino solo el costo. El modelo de consumo también es uno de los factores vinculantes para tener el mundo que tenemos.

¿Se puede conciliar la meta de reducir emisiones con los proyectos de expansión petrolera que tienen varias empresas alrededor del mundo? Un ejemplo es el mismo presidente del COP de este año, Sultan Al Jaber, también CEO de la Empresa Nacional de Petróleo de Abu Dabi, de Emiratos Árabes.

Creo que aquí hay varias aristas. El desarrollo económico de muchos países como el que mencionas sí depende de recursos como el petróleo, entonces, siendo consistentes más con las realidades que con los discursos, va a ser difícil que países como los árabes, que viven de esto, vayan a renunciar a su mayor fuente de ingresos. Una de las cosas que se postulan en la COP es triplicar la capacidad del mundo de generar energías renovables. La visión es de hacer un modelo de transición, y creo que vuelve a lo mismo: es un tema de oferta y demanda. Más crecemos, más consumimos, más energía demandamos. La fuente de suministro de esa energía sigue siendo mayormente los combustibles fósiles. La incidencia de las energías renovables es clave para que haya este cambio. Es un proceso que se da mucho desde la demanda. Más gente en el mundo, más demanda tenemos. Por eso no deberíamos analizar estos procesos de manera independiente. A veces solamente analizamos quién está detrás de qué, pero es porque hay una demanda de energía, insatisfecha además.

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¿Por qué Ecuador no tiene un pabellón en una COP desde el 2015?

Por falta de dinero. En realidad estar en una COP requiere de capacidades económicas y de una articulación, una visibilidad y una razón de ser. Creo que la gestión que se ha hecho en esta administración desde un punto de vista de diplomacia internacional, desde el punto de vista de acciones locales hace que el Ecuador esté hoy en capacidad de generar esas articulaciones. Yo he visto países que llevan pabellones vacíos porque no hay esa articulación. Se tienen que juntar varias cosas para que estemos listos para llevar un pabellón. Lamentablemente ahora coincide con una transición de gobierno, pero esto es una política de estado, es una cuestión de país. En ese sentido estamos listos.

¿Usted va a quedar a cargo de la Subsecretaría de Cambio Climático tras la transición?

Eso es una decisión de la señora ministra, Sade Fritschi. Creo que ha sido positivo el diálogo entre la antigua administración y la nueva. Yo soy un puente de transición hoy. (I)