Sonia Miniguano vive en Carcelén, en el norte de Quito. Sin embargo, este miércoles, 14 de febrero, le pidió a su hijo que la lleve cerca de su lugar de trabajo. Su deseo era acudir a la iglesia de Santa Teresita, en el sector de La Mariscal.

Ingresó y se ubicó en una de las dos filas que se formaron para recibir la ceniza, una tradición de la Iglesia católica que significa el inicio de la Cuaresma y que simboliza penitencia y arrepentimiento.

Ella acude desde que era niña, aprendió con sus padres y por la devoción religiosa cada año anima a sus familiares para mantener viva esta actividad religiosa.

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“Me siento llena, me siento satisfecha. Como que recibo algo más grande en mi vida, que voy a poder salir adelante de todos los problemas que tengo”, expresó.

José Jaramillo es coronel de la Policía de Colombia, cumple su misión como agregado en Ecuador, pero la distancia con su país natal no le impidió que pueda cumplir con su compromiso religioso.

Para el oficial de policía esta señal es un símbolo de arrepentimiento y de devoción hacia Jesucristo. Señaló que en Colombia son muy devotos, recuerda que, desde muy pequeño, después de su bautizo, ya recibió la primera señal de ceniza en su frente, desde ahí no ha dejado de recibirla ni un solo año.

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“Es un recogimiento, es como una cercanía hacia nuestro Señor. Entender que vamos a empezar un periodo de devoción, un periodo de recogimiento, de arrepentimiento”, añadió.

Jaramillo también indicó que es algo extraño que en Ecuador existan horarios establecidos para recibir la ceniza, en su país dijo que es todo el día, sin un horario fijo.

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QUITO.- Miércoles de ceniza, considerado un día santo, de oración y ayuno. También es el inicio de la cuaresma, tiempo de seis semanas de penitencia antes de la Pascua. Creyentes reciben la cruz en sus frentes en la iglesia Santa Teresita, en La Mariscal, en Quito. Foto: Alfredo Cárdenas.

Varios de los fieles se ubicaron de rodillas en las bancas de madera de la iglesia, aprovechaban para emitir una oración, hacer una súplica o agradecer por las bendiciones. Otros recibían la ceniza y se marchaban, la mayoría a cumplir con sus obligaciones laborales.

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Así fue el caso de Nelson Pallasco, quien salió de su trabajo por un momento para acudir a la iglesia y que le coloquen la cruz de ceniza en la frente.

Sus padres le inculcaron la fe en la Iglesia católica, a sus hijos también ha compartido todo sobre la creencia religiosa que profesa.

“Siento que algún día voy a morir y que me convertiré en polvo, por eso es importante recibir la ceniza”, añadió. (I)

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