La teoría que “dejaron correr el agua”, “se abrieron las compuertas” de la represa Mazar, en Azuay, genera dudas. Andrés Oquendo, expresidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos del Ecuador, explica cómo funcionan las represas. Considera que lo que pudo haber ocurrido va más por el lado de responsabilidad de dejar que se vacíe usando energía en lugar de retomar los cortes de luz hace un mes y no ocultarlo. “Ahora parece que no ha sido el Gobierno, parece que ha sido solo el Ministerio de Energía”.

El Gobierno, que realiza una investigación por lo que considera sabotaje en el sector eléctrico, busca una explicación de “¿por qué se vació la represa de Mazar?, dejaron correr el agua”, “se abrieron las compuertas”, dijo el secretario general de Comunicación de la Presidencia de la República, Roberto Izurieta, este jueves, 18 de abril, en Teleamazonas.

Ante ese pronunciamiento, Oquendo señaló: “No veo posible eso, además que sería como algo muy satánico”.

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El Gobierno, a través de un comunicado, informó que los embalses de Mazar y Paute se encuentran en “condiciones críticas”, que registran un nivel de almacenamiento operativo del 0 % en Mazar y de 4 % en Paute. Además, el caudal en la central Coca Codo Sinclair registró un déficit del 40 % con respecto al promedio histórico.

Con esas cifras, según los análisis del Operador Nacional de Electricidad (Cenace), la situación sobrepasa récords históricos y advirtió que el déficit energético que enfrentaría el país a partir de este mes se ubicaría entre 22 y 27 gigavatios hora (GWh) por día.

Para poner en perspectiva, Oquendo explicó que si en “la presa Mazar, que es la más grande, se abrieran las compuertas o cuando igual se utiliza el agua para generar electricidad en Mazar, pasa a la siguiente, a la represa Daniel Palacios, se bota en la una, pero queda en Daniel Palacios y estaría funcionando la represa de Paute; no es que el agua se pierde, sale de una y baja para hacer funcionar la represa de Paute”. Y si se abre también la compuerta de la represa Daniel Palacios, indicó que pasa a Sopladora y también esta utilizaría esa agua.

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“No sé si es desconocimiento, no entiendo cómo puede pasar eso... Cuando mencionaba la posibilidad de abrir las compuertas yo lo veo muy difícil, muy extraña, yo creo que por ahí no es”, reiteró Oquendo, que también fue presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos de Pichincha.

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Lo que pudo haber ocurrido, según Oquendo, es que “tal vez la responsabilidad ha sido el tema de que se dejó vaciar utilizando esa energía eléctrica”. “Tal vez no se lo hizo con un mejor orden, eso podría considerarse, pero de ahí que sea intencional yo no lo considero”, añadió.

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Otro punto a tener en cuenta, dijo, es la sequía que afecta a nivel regional, pues un escenario similar viven Colombia y Venezuela.

Así lucía el caudal del río que alimenta el embalse de Mazar el 17 de marzo del 2024, por el área de la parroquia rural Palmas, perteneciente al cantón Sevilla de Oro. Foto: Carmen Carchi

Oquendo también señaló que los sistemas de las compuertas de las operadoras en cada planta guardan automáticamente los registros de cuándo se abre y se cierra, es decir, “ni siquiera lo pueden hacer sin que quede un registro de ello”.

Además, dijo que abrir las compuertas para dejar que pase el agua requiere de varias órdenes de diferentes mandos, incluso cuando hay exceso de agua, abrir las compuertas para botar agua tiene que seguir un órgano regular para esa orden. Si se bota mucha agua, puede causar una inundación en los terrenos que están al final, en este caso, de Sopladora. Agregó que las compuertas permiten que el despoje de agua sea controlado.

De acuerdo con Oquendo, no solo el Gobierno monitorea el agua de las represas, dijo que también lo han estado haciendo los colegios eléctricos del país y alertaron de la situación, pero el problema aquí es que “el Gobierno trató de ocultarlo, (sin embargo) ahora parece que no ha sido el Gobierno, parece que ha sido solo el Ministerio (de Energía)” y agregó que “el descenso de agua en Mazar ya era público”.

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Opinó que ahora el problema es que por tratar de ocultar ese descenso, siguieron vaciando, en lugar de haber empezado los cortes hace un mes, racionar y decir: “si seguimos bajo el mismo ritmo y sin llover se van a vaciar totalmente los embalses”, pero “hicieron como que está normal y ante una sequía obviamente llegamos a esto”.

Comentó que ahora el tema es que “estamos en una dependencia de un clima que es incontrolable”, que si bien puede empezar a llover, se bajen las horas de racionamientos, pero también puede ocurrir que las lluvias se den en mayo o ya se dé por finalizado el invierno y se entra a verano. “Entonces, ahí sí nos pusimos en problemas”.

Embalse Mazar, del 18 de abril de 2024. Foto: EFE

Según Oquendo, aquí la salvación era Toachi Pilatón, sin embargo, está en problemas desde hace 12 años. Agregó que la misión de esta central era cubrir esos 400 megavatios que faltan, asumiendo que la demanda no ha subido.

En ese contexto, comentó que, primero, se debe esperar a que llueva; y segundo, incentivar a que las casas empleen energía solar, que “busque el Gobierno cómo financiar” esa iniciativa, para que se acojan a ella y si tienen un sobrante que aporten al Sistema Nacional Interconectado.

Como otra alternativa plantea que se podría contratar energía, pero “son tan engorrosos esos procedimientos que se caen, se derrumban”. También está el mantenimiento a las centrales, pero aunque se haga el problema es que ahora no hay agua. (I)