México trataba de volver a la normalidad tras el sismo de 7,1 del 19 de septiembre, con el inicio de clases en escuelas y universidades y las jornadas laborales en la capital.

Ayer las despedidas de los padres cuando dejaban a sus hijos en los 103 centros educativos, incluso jóvenes de colegio, parecían interminables, según narra el diario El Universal.

El secretario de educación pública, Aurelio Nuño, dijo que hay 10.000 escuelas afectadas, la mayoría con daños leves, pero 400 deberán ser reconstruidas totalmente. Agregó que Unicef dará apoyo psicológico a los niños, según Excelsior.

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Mientras, trabajadores que tuvieron que regresar a sus oficinas contaron a El País que temen las réplicas y viven pendientes de la alarma sísmica.

En las redes sociales se podían observar quejas de personas porque sus empleadores las hacían volver al trabajo pese a que se notaban daños que, según les habían informado, ya se los había revisado y no había daños estructurales. Incluso contaron que en algunos sitios amenazaron con descontar el día si no iban.

“Tememos por nuestra seguridad”, dijo a AP Maribel Martínez Ramírez, funcionaria de una agencia oficial de desarrollo social que junto con una docena de sus compañeros se negaban a entrar en sus oficinas.

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Un grupo hizo un mapa de 170 puntos en los que trabajadores tienen miedo de estar.

En tanto, los equipos de búsqueda seguían ayer excavando entre los escombros de cinco sitios con la esperanza de encontrar algún sobreviviente bajo los 38 edificios desplomados. Otras casi 4.000 edificaciones están seriamente dañadas.

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El riesgo de colapso de nuevas construcciones es real: el domingo por la noche, la cúpula de la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, que quedó dañada con el sismo, se rompió por la mitad y se cayó. No hubo heridos en el lugar.

Vecinos nerviosos continuaban ayer llamando a los teléfonos de emergencias al ver nuevas grietas en sus viviendas o si observaban que las que ya tenían se agravaban.

En un bloque de oficinas de siete alturas que al colapsar atrapó a más de 40 personas, las familias amanecieron ayer sumidas en una terrible desesperación ante la falta de noticias. Solo les animaba ver que los equipos de rescate seguían trabajando con intensidad. 

325 víctimas
Esa es la cifra oficial de fallecidos a causa del terremoto de magnitud 7,1 del 19 de septiembre. (I)

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