A Tomás le diagnosticaron parálisis cerebral, una enfermedad que no tiene cura, cuando tenía seis meses. La posibilidad de que no pudiera caminar ni hablar era alta. Esa explicación la dio el especialista médico a los padres, Diana y Galo. Pero esa predicción no se cumplió. Hoy el pequeño, de cinco años, camina, conversa, habla dos idiomas y asiste a la escuela.