Con experiencias de trabajo en cruzadas humanitarias en México, Colombia y Perú, Karla Morales Rosales, abogada guayaquileña, de 29 años, sabía que algo tenía que hacer ella ante los damnificados, destrozos y tragedias que dejó el terremoto del sábado 16 de abril, que afectó mayormente a Manabí, de donde es oriunda su madre, Martha Rosales, y donde viven todas sus tías. “Yo me siento mitad manabita”.