De alegría contagiante, así como los coloridos mandalas que adornan su estudio en la ciudadela Miraflores, así es Ana María Gilbert de Adum, mujer polifacética que hace años decidió emprender un camino de búsqueda espiritual, no entendido ni comprendido por todos, pero que a ella la hace feliz porque siente que también ayuda a los demás.