Los océanos cubren la mitad del globo terrestre y sus frígidas profundidades contienen enormes depósitos minerales que jamás fueron explotados. Hasta ahora, estuvieron fuera del alcance del hombre, pero podría estar comenzando la era de la explotación de los minerales submarinos al compás de los avances en la fabricación de robots y de la desaparición de depósitos cerca de la superficie. La creciente demanda de cobre, cobalto, oro y otros elementos necesarios para la fabricación de celulares y demás productos de alta tecnología ha hecho que se empiecen a explorar las profundidades submarinas, a miles de metros debajo de las aguas.