Cuando anochece, el intenso flujo de vehículos y la oscuridad preocupan a quienes viven a lo largo de la calle José Mascote y también a usuarios de líneas de buses. Lorena Lucín, habitante de Mascote y Clemente Ballén, cree que con la llegada de las unidades de servicio público, hace menos de dos semanas, y la poca iluminación, debido a las fluorescentes apagadas, ha aumentado la inseguridad.