La presencia de la colonia libanesa es fuerte en Guayaquil y en Samborondón también, de hecho, los primeros arrozales fueron de libaneses, de las familias Massuh, Abud y Yúnez. “Ellos participaron desde inicios del siglo pasado y son parte de este mestizaje que ya tiene más de un siglo en el país”, manifiesta Óscar Nader, gerente desde hace 40 años de Bodegas Nader, empresa dedicada a la venta de textiles.