Este 2024 tiene la particularidad de que es año bisiesto, es decir, en lugar de los 365 días habituales tiene uno más: 366. Ese día adicional se suma a febrero, el mes más corto, por lo que en esta ocasión tendrá 29 días.

Ese día extra _conocido como día bisiesto_ se agrega al calendario para mantenerlo más sincronizado con el tiempo real y compensar la diferencia entre el año calendario (365 días) y el año solar (aproximadamente 365.2422 días).

Se trata de un asunto científico para ‘acomodar’ la rotación de la Tierra alrededor del Sol; lo que ocurre es que nuestro planeta en realidad no tiene exactamente 365 días sino 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45 segundos.

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En el calendario gregoriano, establecido por el papa Gregorio XIII en 1582, que es el calendario utilizado por la mayoría de los países hoy en día, un año bisiesto ocurre cada cuatro años.

La regla es que un año es bisiesto si es divisible por 4. Sin embargo, hay una excepción a esta regla: los años divisibles por 100 no son bisiestos, a menos que también sean divisibles por 400. Esto significa que el año 2000 fue bisiesto, a pesar de ser divisible por 100, porque también es divisible por 400.

Situación sueca

Pero febrero también tuvo en alguna ocasión 30 días. Esta situación ocurrió en Suecia, que no adoptó el calendario gregoriano sino hasta 1700.

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El año 1700 fue bisiesto según el calendario juliano pero no según el gregoriano, por lo que el 1 de marzo de 1700, juliano, correspondía al 12 de marzo de 1700, gregoriano, ascendiendo entonces la diferencia a once días.

Suecia, sin embargo, decidió retrasarse solo diez días, como lo había estado durante más de cien años, y por lo tanto hizo del año 1700 un año común.

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Los años 1704 y 1708 fueron años bisiestos, y en 1712, también año bisiesto, se añadió otro día a febrero para compensar el omitido en 1700, dando así 367 días al año 1712, teniendo febrero treinta días.

El día adicional se añadió en febrero para que la Pascua se celebrara el domingo designado por las reglas del calendario juliano, habiéndose descubierto que en 1705, 1709 y 1711, el día de Pascua observado en Suecia cayó una semana antes del día observado en Inglaterra _donde todavía se usaba el calendario juliano_, y esto habría sucedido nuevamente en 1712 si no se hubiera agregado otro día, según explicó Roscoe Lamont en Popular Astronomy.

En la Unión Soviética

El 30 de febrero también se dio entre 1930 y 1931 en la Unión Soviética cuando introdujo un calendario revolucionario en 1929. Este sistema incluía semanas de cinco días, meses de 30 días por cada mes laborable y los cinco o seis días restantes eran feriados “sin meses”.

La abolición de la semana de siete días en favor de una semana de cinco días tenía como objetivo mejorar la eficiencia industrial evitando la interrupción regular de un día no laborable, detalla el portal Time and Date.

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En todo caso, este efímero calendario revolucionario soviético fue descartado porque era difícil eliminar la tradición del descanso dominical. La semana original de siete días fue restaurada en 1940. (F)