¿Quién no ha dicho ante un hecho absurdo o angustiante que aquello es una situación kafkiana? ¿Quién no ha escuchado hablar de Gregorio Samsa? Gracias a Franz Kafka, Gabriel García Márquez se convirtió en escritor. Cuando era apenas un joven, leyó aquel libro en el que un hombre amanecía convertido en insecto. Y Gabo pensó: “Si esto se puede hacer, esto sí me interesa”. Se levantó y escribió su primer cuento. ¿Cómo, entonces, no agradecerle a Kafka?

El escritor manabita Jeovanny Benavides lo hace con Las palabras del aire vacío, la novela de Kafka, obra con la cual ganó la Primera Bienal de Narrativa Eliécer Cárdenas. Una pieza que resulta tan interesante como oportuna y que pronto será publicada. Es un homenaje a uno de los grandes nombres de la literatura universal del siglo XX: el escritor checo Franz Kafka, del que en el 2024 se conmemora el centenario de su fallecimiento.

Jeovanny Benavides vino a Guayaquil desde su natal Portoviejo, invitado por ‘A vuelo de página’, para tener un encuentro con los lectores, con el público porteño, y hablar de su novela ganadora, que tiene tras de sí una documentada investigación y una narrativa que cautivó al jurado. En el conversatorio, el invitado habló también de su trayectoria. En 2019 ganó el Premio de Novela Breve Miguel Riofrío, que convoca la Casa de la Cultura, Núcleo de Loja, con la obra Pilares de la noche vana. Y a inicios de este año dio a conocer su libro de cuentos Las distancias olvidadas.

A más de escritor, Benavides es Ph. D. en Comunicación e hizo un posdoctorado en Historia. Es cronista y docente universitario; pero, sobre todo, es un magnífico lector. Como Borges, a quien cita, se enorgullece de lo que ha leído. Pilares de la noche vana toma el título de un verso del poeta mexicano Octavio Paz. Las distancias olvidadas toma el título de un poema de la poeta argentina Alejandra Pizarnik. La novela ganadora de la Bienal Eliécer Cárdenas habla de Kafka. De modo que en su escritura se pueden rastrear sus querencias literarias, sus filiaciones lectoras. A través de estas obras, emerge el aprecio que el autor ecuatoriano tiene por estos y muchos otros escritores.