El año pasado, Juyungo, novela de Adalberto Ortiz, cumplió 80 años de publicada. Este 2024, la novela Cuando los guayacanes florecían, de Nelson Estupiñán Bass, cumple 70 años. Escritas por autores esmeraldeños, ambas obras son, indudablemente, clásicos de la literatura afroecuatoriana del siglo XX. En sus páginas está viva la cultura, las costumbres y tradiciones de los afrodescendientes de la provincia de Esmeraldas, así como sus problemas y su historia de postergación.

Releyéndolas e investigando en torno a estos libros, pude enterarme de que fueron escritos por la misma época. En Este largo camino, una especie de memorias de la autoría Nelson Estupiñán Bass, el narrador y poeta cuenta que él terminó de escribir Cuando los guayacanes florecían en 1943, en el mismo año que Ortiz publicó Juyungo, considerada la primera novela afroecuatoriana.

Estupiñán relata que no sabía cómo publicar su novela y que mantuvo guardados los originales hasta 1945, cuando se los entregó a Benjamín Carrión, presidente fundador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, institución que se había creado 1944, luego de la insurrección conocida como La Gloriosa.

En 1950, Carrión le pidió autorización para incluir el capítulo 5 de la novela, titulado “El pelacara”, en su libro El nuevo relato ecuatoriano: crítica y antología, aparecido en 1952. Un traductor alemán, a quien le impactó el relato, le pidió a Benjamín Carrión un ejemplar de la novela Cuando los guayacanes florecían, pues estaba interesado en traducirla al alemán. Entonces Carrión reparó en que la obra continuaba inédita. Decidió publicarla y vio la luz en 1954.

Mención a los pelacara se encuentra tanto en Cuando los guayacanes florecían como en Juyungo, así como también referencias al sargento Lastre, quien existió y se trasunta en personaje literario.

En Juyungo, la guerra de Carlos Concha, en la que intervino el sargento Lastre, es solo un pincelazo, una historia que Ascensión Lastre, el protagonista, ha escuchado y de la que se enorgullece por la valiente participación de su pariente. En la obra Cuando los guayacanes florecían, en cambio, es el centro. Este libro tiene como protagonistas a tres conciertos analfabetos: Juan Cagua, Pedro Tamayo y Alberto Morcú, quienes se unen a la revuelta conchista con la ilusión de que tras la victoria haya escuelas para que sus descendientes aprendan a leer, y para que tengan una vida libre y digna.

Tras décadas de su publicación, estos libros nos siguen impactando y continúan hablándonos. ¿Cómo está Esmeraldas hoy? ¿Qué sucede con el pueblo afrodescendiente?