En un hogar ocurre un imposible, nacen dos niños, gemelos pero de padres diferentes, debido a la desesperación de unos padres que se empeñaron en recibir reproducción asistida, cuando en realidad no tenían problemas de fertilidad. Así se inicia El amor en la sociedad del desencanto (edición de autor, 2023), del farmacólogo y ginecólogo tungurahuense Édgar Samaniego Rojas, exrector de la Universidad Central del Ecuador.

Martín y Sebastián son completamente diferentes en aspecto, en pensamiento y en conducta; así los diseñó su autor. “Se trata de un asunto inédito en la historia de la ginecología mundial, y con el que quiero establecer una diferencia entre la disposición natural y la disposición artificial de la gestación; orientando un caso hacia un ciudadano que se interesa por el destino de su país, que lleva una vida honorable (empieza una carrera política) y que representa la antípoda total de los políticos que hoy reinan en todos los países de Latinoamérica”.

Su gemelo es todo lo contrario; aunque confrontado por Manuel y arropado por su madre, se desvía hacia el mundo del consumo de drogas y el narcotráfico, que se describe en la novela, admite su autor, de manera cruda, “tremendamente dura”. Sus acciones, con el tiempo, empiezan a afectar la vida de su hermano mayor, pues los dos se vuelven oponentes y figuras públicas por diferentes razones.

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Lo artificial, opina Samaniego, ha llegado a nuestras manos con absoluta liberalidad y con un interés eminentemente comercial. “Al plantearse la fertilización in vitro y el nacimiento de un hijo con un semen fantasma, tratamos de advertir de que estos asuntos deben hacerse con precaución, con mucho tino, con exámenes, porque se trata de vidas que van a influir en la actividad social de los pueblos. Invito a que las autoridades vigilen a largo plazo la contextura psicológica de las concepciones artificiales”, dice el médico, que en su elaborado relato con tintes futuristas incluye otro suceso extraordinario, una muerte que se produce por una bacteria traída del espacio.

La sociedad del desencanto, de la que Samaniego escribe, refleja su visión del mundo actual. “Nos anclamos en lo que está ocurriendo en nuestro país. Yo creo que no es solamente una sociedad del desencanto, sino una sociedad en la que se ha destruido el yo humano, la naturaleza del hombre, la biología prospectiva y dinámica de Darwin, y ha sido sustituida por la impunidad, por el asalto, por el atraco, por la descomposición moral, total y absoluta que vemos”.

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Pero por sobre ese oscuro panorama, ¿qué rol cumple el amor? “Esta cualidad que es exclusivamente del hombre y de la mujer también se ha ido deteriorando; por un lado, la juventud se ha inventado un nuevo lenguaje con los códigos, descalificando y lastimando mucho esta categoría”.

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En contraste está el amor clásico, que se proyecta no a través del instinto, defiende Samaniego, sino a través de la razón y del profundo respeto. “(Manuel), el actor clave de esa sociedad del descontento, termina uniéndose a una persona a la que muchos años antes rescató de ser violada en el colegio. La violación es una de las tantas aberraciones del amor, que lastimosamente se pasea con mucha libertad en nuestros países”.

Radicado en Quito durante la mayor parte de su vida, médico y profesor universitario retirado después de 52 años de labor académica, Samaniego se dedica ahora exclusivamente a la escritura. Tiene otras dos obras literarias (además de varios volúmenes de medicina y farmacología): La universidad y la palabra y Cogitaciones y refutaciones, ensayos humanos.

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Está entregando su libro en forma gratuita. “No tengo interés, a estas alturas, de acaparar recursos a través de esa publicación”. Pide que quien desee recibir su novela se contacte al 099-820-9646 o a través de la cuenta del autor en la red social X. (F)