Nació y creció en Quito, y a los 17 años emigró a Estados Unidos, donde estudió ilustración en la Academia de Artes de San Francisco; actualmente persigue una maestría en esa misma línea. Vanessa Shivé nos presenta su portafolio lleno de colores cálidos, retratos y estudios de dibujo que enseguida nos hacen sentir que estamos en la capital ecuatoriana.

Hace poco entregó un proyecto de 20 paneles instalados en un parque comunitario de la ciudad de San Francisco. “Nunca antes había diseñado algo a tan grande escala. Antes me enfocaba en el arte digital y para impresión, pero ahora el arte público me emociona mucho, pues la gente interactúa con él todos los días, lo ven de camino al trabajo o a la escuela”, comenta a este Diario.

El mural lleva la temática de la vida de la comunidad, como el juego del pickleball o paleta que se practica allí. “Es una combinación entre la ilustración y elementos abstractos; mientras más paneles ves, vas encontrando pequeñas pistas, hasta llegar a una chica en bicicleta que está cruzando el Golden Gate”, el puente más famoso de San Francisco, que une la península del mismo nombre con el sur del condado de Marin, en California.

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Entre junio y agosto de 2023 hizo una narración visual para la edición digital del periódico Los Angeles Times. “Es un relato de cómo las tiendas latinas te ayudan a sentirte en casa”.

Ilustración editorial y publicitaria

“Me emociona explorar algo nuevo; no sé adónde va a llevarme. Me parece bien escribir directamente a los editores y presentarme como una artista que vive en el área de la bahía, que estoy haciendo mi masterado, que he colaborado con estas marcas, y ahí establecemos una conversación. Intento ver lugares o productos que me gustan (como el periódico; me gusta leer), y me lanzo. Lo peor que me pueden decir es que no”.

Así consiguió que la revista Harper’s Bazaar en español la invitara a hacer un retrato (de la columnista de moda Diana Vreeland) en 2019. “Le gustó a la editora y me dio la oportunidad. Esa fue la primera comisión que tuve, y eso me dio credibilidad para otros proyectos”.

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Retrato de la columnista de moda Diana Vreeland, para "Harper's Bazaar". Foto: Cortesía

Vanessa lleva varios años trabajando como ilustradora en consultoría de arte para hoteles, oficinas y espacios hospitalarios. Llegó a San Francisco decidida a estudiar arte, específicamente ilustración. “El programa de estudios es muy amplio, y pude tomar clases de pintura clásica o digital, y me fui dando cuenta de lo que me gustaba más”.

El cómic de la tienda latina, un refugio para el migrante

Su colaboración con Los Angeles Times es, en realidad, un cómic titulado Finding solace in my local Latino grocery store (Encontrando solaz en mi tienda de víveres latinos local). Se publicó en agosto de 2023, y está poblado de vegetales y frutas tropicales, pero abre con un cuadro azul en el que la narradora habla de su nostalgia tras la mudanza a otro país, el extrañar a la familia, a los amigos, y la necesidad de buscar algo con lo cual sentirse identificada.

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Esa fue la tienda, que no solo tenía choclos y plátanos, pan y café, sino un cajero que la llamaba ‘mija’ y muchos clientes con los cuales hablar en español.

Las tiendas y las calles del centro histórico de Quito, ilustradas por Vanessa. Foto: Cortesía

Ir a la tienda latina me daba mucho confort; me decían las recetas que iban a hacer; o, si yo no sabía cómo elegir el corte de carne, le preguntaba al carnicero: ‘¿Me sirve para un lomo saltado?’. Había un sentimiento de comunidad siempre que iba, que tal vez no encontraba en mi universidad, donde había gente de diferentes nacionalidades pero no conocía un ecuatoriano ni a un colombiano… Y era más simple hablar en inglés”.

Ahora, a los 24 años, le preguntamos si para ella se ha cumplido el sueño americano. “Yo creo que sí, porque de adolescente me interesaba mucho el arte, y hay mucho talento en Quito, pero sentía que no iba a tener las mismas oportunidades; me iba a costar el triple hacer las conexiones y alcanzar el tipo de habilidad que ahora poseo”.

Una meta futura es ilustrar proyectos impresos, libros o cuentos. “Escribo como parte del proceso”, admite cuando le señalamos lo que cuenta en el cómic. “Cuando tengo la idea, la escribo para poder entender lo que quiero dibujar. Tengo mi cuaderno con notas de lo que me interesa. Escribo bastante”.

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Las vasijas son un elemento constante en el trabajo de Vanessa Shivé. Foto: Cortesía

También se reúne con la vibrante comunidad artística de la bahía de San Francisco, donde hay talleres de dibujo, reuniones y un grupo de dibujo cada lunes. Con el tiempo, le gustaría enseñar. “Pero en unos años, porque siento que aportaría más si sigo aprendiendo. Ahora tengo muchas ganas de hacer licencias y trabajo creativo para marcas, y que mi arte esté en todos los lugares donde lo quieran poner; esos proyectos me apasionan porque tienen mucho alcance”.

Vanessa sigue incorporando su identidad ecuatoriana en el trabajo, ya sea con el color de piel, motivos de la cultura nacional, artesanías o los edificios del centro histórico de Quito. “Me inspira el sitio de donde soy; creo que define a quien soy, no solo como persona, sino también como artista. Me gustaría que otros ecuatorianos lo vean y se sientan representados en el arte. Eso es lo que intento: la representación”. (E)