Una caperucita con una bala en la frente, rasguños en la cara y mirada impávida resultó ser la ganadora de la edición 25 del Salón de la Mujer,Resisto, camino y creo”, de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas. La obra, de nombre Caperucita roja, es de la autoría de Cristina Enderica Chávez, quien la tarde de este viernes, 8 de marzo, fue premiada en el contexto del Día Internacional de la Mujer.

“Es algo que me alegra mucho, yo ya venía participando cuatro veces, y es la primera vez que me salgo radicalmente del molde. Me arriesgué a enviar esta obra, tenía miedo de que no me la acepten. Me siento satisfecha, me siento complacida”, cuenta la machaleña de 34 años, quien se hace acreedora a un premio económico de $ 3.000.

'(In)quietud'. de María Belén Vivar Martínez (Mención de honor). Foto: Cortesía

Teniendo como base el clásico cuento de Charles Perrault, esta obra tridimensional ahonda las diferentes violencias que habitan en nuestra sociedad. “A mí en lo personal me ha alterado mucho los nervios, porque yo vivo en un barrio donde residen una de estas bandas, cada madrugada me despertaba con el corazón al límite, porque escuchábamos bombas”, narra la mamá de un joven de 15 años.

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De hecho, la obra está construida con palos que la artista tomó de las casas de los vecinos, que fueron extorsionados y abandonaron el lugar. “Me interesa rescatar cosas que veo”, dice.

“Es una obra que rompe -desde lo estético- con la pintura en caballete, quise hacer algo más contemporáneo en ese sentido (...) Yo siempre espero que mi obra no se quede solo en la contemplación, que solo digan, ‘oye, está bonita’”, expone.

'Familia tradicional', de Larissa Espinoza Mendoza. (Mención de honor). Foto: Cortesía

María Fernanda López, directora del Salón, indica que esta obra requirió de mucho sustento, a pesar de que la decisión fue unánime. “Tuvimos que sustentar muchísimo la obra ganadora, es que claro, lo que se aspira a ver en un Salón de la Mujer son cuestiones estéticas. Esta obra es un llamado de atención”, expresa López, quien afirma que se tomó en cuenta la narrativa, más que lo estético.

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Las menciones de honor fueron para María Belén Vivar Martínez, por su obra (In)quietud; Melissa De la A Colcha, por su obra Nadie sabe lo que puede un cuerpo; y, Larissa Espinoza Mendoza, por su pintura Familia tradicional.

'Nadie sabe lo que puede un cuerpo', de Melissa De la A Colcha (Mención de honor). Foto: Cortesía

Esta edición recibió 17 bocetos para el mural y 56 obras para el Salón, de las cuales fueron admitidas 23. Las obras navegan por todas las caras de la violencia, como la violencia contra las personas, contra la naturaleza, el petróleo, el extractivismo, las familias disfuncionales, el feminicidio, la violencia contra los animales, los depredadores infantiles, la violencia económica contra las mujeres, entre otros.

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El jurado estuvo conformado por Ruth Laura Cruz Mendoza, Elsa Johanna Meza Fuentes y Mónica Patricia Vásquez Isa.

Primera vez que se premia el arte urbano

Obra ganadora en la categoría murales fue de Esthefanía Suárez. Foto: Cortesía

El premio del mural “Arte, espacio y mujeres” fue concedido a Esthefanía Suárez, de Machachi, Quito. Su mural, ya instalado en la fachada de la Casa de la Cultura, nos muestra una madre entregando el fuego a su hija, lo que la artista llama como el fuego de la transformación y la fuerza. “Mi intención es hacer un homenaje a madres y abuelas. Entiendo el esfuerzo que han hecho ellas para que nosotras podamos tener ciertos privilegios, toda esa violación de derechos que tuvieron para que nosotras podamos estar aquí”, expresa la joven de 27 años, quien se hace acreedora de $ 1.500.

Sobre el premio dice: “Estoy feliz, contentísima, pero también es una responsabilidad full grande, porque transmitir todas esas ideas, aparte de la temática, es pesado. Me siento emocionada porque sí trabajé en el boceto con mucho cariño”.

Es la primera vez que el arte urbano tiene su espacio en este Salón, que por muchos años solo se ha enfocado en las artes plásticas. “Es la primera vez a nivel nacional que un Salón se abre al arte urbano, esto ya está institucionalizado, es ya una política pública que los siguientes directores deberán continuar”, indica López.

López recuerda que los artistas urbanos también tienen derechos culturales. “Esto es descentralizar. Este ejercicio de este salón es democracia cultural (...). Hay gente que viene de ‘barrerada’, gente que no tenía cómo estudiar arte”, menciona la fundadora de la Bienal Haciendo Calle.

El Salón de la Mujer tendrá abiertas sus puertas al público hasta el 8 de mayo. Los horarios de visita son de lunes a viernes, de 09:00 a 17:00, y los sábados de 09:00 a 15:00. La entrada es libre.

Cuenta con la participación de artistas de El Oro, Santa Elena, Guayas y Pichincha. (I)