Se ubica en la calle Andalucía, en una antigua casa de la era poscolonial, en La Floresta. Su objetivo, según su propietario, es servir el mejor cordero del Ecuador, quien nos comenta que en alemán, lammhouse significa casa del cordero. Fue creado hace casi una década con la asesoría de un teutón y un restaurantero turco especializado en cordero, cuyas recetas aún perduran en algunos platos del local. Por ejemplo, el llamado Adana, que hace referencia a una provincia de Turquía, es una combinación de carnes molidas de cordero con especias, también ofrecida en el delicatesen que está al lado del restaurante, el cual vale la pena visitar por su calidad y precios.

La mayoría de la carta tiene platos de cordero tradicionales y preparaciones clásicas.

Este producto tiene poca tradición en nuestro país, su consumo anual per cápita es muy bajo, cerca de 1 kg, frente a 12 kg de Grecia o 5 kg de Reino Unido.

Es por eso difícil encontrar buena materia prima de forma regular. El restaurante asegura su provisión al ser criadores de estos animales, con más de 900 hembras, y de otro tipo de ganado, como pavos.

Hay un muy viejo refrán español que dice “Del mar el mero, y de la tierra el cordero”, refiriéndose al maravilloso e inigualable sabor de esta carne.

Las empanadas con masa de hojaldre y carne molida muy condimentadas con pimentón, ajo y otras especies, son un buen entremés.

Los ravioli rellenos de cordero con queso de cabra rallado, bien hechos. El cordero y el queso de cabra son una gran combinación, sabores potentes, profundos, que perduran en boca.

Pasamos luego de estas entradas a los cortes. Todos son de animales jóvenes, de 4 a 5 meses de edad.

El bife de cordero a la parrilla, un corte alto, sumamente tierno, servido solamente con flor de sal, deja en boca el penetrante sabor de este animal. Es ideal cortarlo en láminas, a diferencia del corte vacuno, por los contrastes de grasa entre los dos.

El plato estrella es la paleta. El chef nos explicó que su preparación comienza días antes, con un refrito de pimiento morrón, pimiento amarillo, pimentón, apio, ajo, romero, entre otras espacias, todo licuado con vino y brandy, con el cual se marina la carne por 3 días, para luego cocinarla por tres o cuatro horas, dependiendo del peso de la pieza.

El postre recomendado: panacota de maracuyá, con helado crocante con miel y nibs de cacao, de una finura este último, de remarcar, con cambios de texturas al cual una miel pura, logra envolver y potenciar su sabor.

Lammhouse es de lo mejor en cordero que he comido en Ecuador. (O)