Los dos infinitivos son válidos. Empujar es ‘hacer fuerza contra alguien o algo para moverlo, sostenerlo o rechazarlo’: «No me empujes, mis pasos son lentos pero seguros». Suele usarse también con el sentido de ‘hacer algo para que una persona salga del puesto o empleo en que se halla’.

El significado que antecede es parecido al de la locución verbal “serruchar el piso a alguien (trabajar disimuladamente en contra del prestigio o la posición de alguien)”: «Sé que estás empujando para que Juan salga del trabajo. ¡No le serruches el piso a Juan!».

Asimismo denota que alguien ‘hace presión, influye o intriga para conseguir o dificultar algo’: «No te olvides de empujar para que me hagan la entrevista de trabajo».

Rempujar es empujar de manera repetida, sentido que consta tácitamente en el prefijo de este verbo: re- (‘repetición’) + empujar (‘impulsar’) = ‘empujar repetidamente’.

La primera acepción de rempujar es ‘echar a alguien a empellones (empujón recio o fuerte)’: «No rempujes. Ya nos vamos». En algunos países americanos tiene connotaciones especiales; incluso, suele captarse como vulgar. No obstante, en el diccionario académico no hay ninguna restricción para este significado.

La segunda acepción es ‘hacer fuerza contra algo para moverlo’. Aquí tiene la marca de coloquial, que no es lo mismo que vulgar: «La puerta tiene las bisagras oxidadas, hay que rempujarla para que se abra». La variante arrempujar también consta en el diccionario mencionado. Este caso está etiquetado como “verbo transitivo desusado y vulgar”.

Aunque el verbo empujar tiene más difusión, no hay que cuestionar el uso de rempujar, que surge en el lenguaje expresivo de los campesinos de nuestro país. (F)

FUENTES:

Diccionario de la lengua española y Diccionario de americanismos (versiones electrónicas), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.