Gourman

elgourman@gmail.com

Hace casi tres años escribíamos sobre el restaurante 3500 en Cumbayá, Quito, como una muy buena experiencia. Hay muchos restaurantes que buscan mantener las raíces de nuestra cocina innovando, introduciendo tecnología, fusionándola.

Quizá la mitad de estos pasan desapercibidos, no logran poner en la mesa una propuesta coherente, que sorprenda o que lleve la gastronomía ecuatoriana a otro nivel. Algunos, como decía una gran cocinera, en lugar de generar una interesante fusión, generan confusión en el plato. 3500 es uno de los que lo logran, con una propuesta sólida. El City Winery, ubicado en el Living Lab, Las Lomas 316, tuvo el acierto de invitarlos por un fin de semana a cocinar a cuatro manos con su chef. Nos ofrecieron un interesante menú. El primer plato, un cebiche de camarones con choclo frito y encurtidos, incluyendo rábano, sobre una tosta de masa madre. Hay muchos vehículos para llevar a la boca un cebiche: una esfera, una canasta de plátano, una tosta, etc. La imaginación y la técnica son el límite.

El menú fue de cuatro tiempos. Un atún rojo con leche de tigre de almendras muy cremosa, melón y chicharrón, preparado con vinagre de mucílago de cacao, fue el plato estrella. Buen almuerzo, pero quiero más bien destacar el maridaje.

City Winery nos hizo probar su Bruma, construido con sauvignon blanc y chardonnay. El segundo tiempo con Armonía Rosé. Luego con uno de sus vinos insignia: Paradoja. Y, finalmente, Almirante. Este último es uno de los vinos que más apreciamos de Dos Hemisferios. Tiene una buena crianza de 18 meses en barrica de roble, con un coupage con cabernet sauvignon, merlot y malbec. Es de los vinos más balanceados de la bodega. Buena acidez y contenido alcohólico medio alto. Sin duda, un vino que debe poderse guardar unos años. Recomiendo guardarlo para el brindis del fin de año del 2027, esperando poder en ese entonces tener un país distinto al de hoy en día.

El Armonía es quizá el vino de la bodega que más trabajo requiere.

El Paradoja sigue mejorando. Cada vez que lo probamos se nota el trabajo del enólogo atrás de esta etiqueta. También con 18 meses de crianza en barrica de roble, es de un color rubí bastante intenso, de sabor más clásico que el Almirante, con notas de vainilla.

El Bruma también mejora constantemente.

No estuvo presente en esta comida, pero hemos podido probar algunas veces el Tomás Carlos, su vino de mayor nivel, muy estructurado y complejo. Está en el rango alto de precio y, más allá de la relación precio-calidad, es interesante probar el nivel al que ha llegado Dos Hemisferios. Excelente vino.

City Winery es la casa de la bodega Dos Hemisferios, la única que produce vino ecuatoriano, haciendo posible lo imposible, como reza su eslogan. Buen vino cuya calidad mejora año con año, al pie del mar, además con vides jóvenes.