Cuando se escucha que los rayos ultravioleta (UV) tienen efecto acumulativo, y a menudo irreversible; o que aparte de la piel, el ojo es el órgano que más probabilidades tiene de sufrir daños, y que cada año 15 millones de personas en el mundo se quedan ciegas por cataratas (de las cuales el 20% puede ser causada o agravada por los rayos UV), uno tiene que detenerse a pensar: ¿Qué se debe hacer para evitar semejante impacto de esta luz invisible emitida por el sol? Solo nos queda ampararnos de estas exposiciones –que pueden producir quemaduras solares– e informarnos cuánto afectar esta radiación y cómo protegernos.