Es incuestionable que llegar a septiembre y seguir disputando un torneo internacional –la Copa Libertadores– es admirable. Y con mayor razón cuando se mira para atrás y se reconoce que el tránsito fue tortuoso. Se dejaron en el camino a equipos curtidos en el torneo como Estudiantes de La Plata; al campeón vigente: Atlético Nacional; y compartir clasificación del Grupo 1 con Botafogo. Y apeó en la otra ronda al Palmeiras. Para nada es tarea menor y Barcelona lo conseguió.