En fútbol es más sencillo explicar situaciones que sensaciones. San Lorenzo 0 - Emelec 1, imaginamos, dejó un sabor dulce a los hinchas eléctricos. Jugando en Buenos Aires, con diez hombres los últimos treinta minutos, obligado a ganar, se impuso con autoridad, con juego, con personalidad, siendo más que su adversario. Mostró grandeza para ir a buscar el partido en un medio siempre complicado para el visitante como es el argentino. Y tuvo ideas para conseguirlo. Una sensacional jugada de Gaibor pudo poner el 2-0 y rubricar una notable faena personal y del equipo; pero su remate salió apenas desviado. Con la expulsión de Bagüí ya no prevaleció en el dominio Emelec, aunque terminó enhiesto y arriba en el marcador.