Primer acto: el chileno Gonzalo Jara (notable zaguero, aunque muy antideportivo) conecta un codazo totalmente intencional en la cara al alemán Timo Werner para frenarlo. El árbitro serbio Milorad Mizac deja seguir. Segundo acto: desde la cabina del VAR (Árbitro Asistente de Video) le avisan a Mizac que debería revisar la acción. Tercer acto: el árbitro tiene que haber visto, porque lo vio el planeta, que Jara le pegó muy duro con su codo a Werner (que no lloriqueó; si se tiró, se la aguantó virilmente, lo cual habla bien de él). Cuarto acto: el árbitro le saca amarilla a Jara cuando era roja sin atenuantes, lo dice el reglamento y la falta fue demasiado evidente. Quinto acto: el periodismo dice “El VAR genera controversia”.