Respetamos al campeón, nos emocionó el subcampeón. Chile nos fue ganando el corazón y al final éramos todos chilenos, todos tirábamos el centro y entrábamos a cabecear. Sin embargo, no alcanzó ni con toda la bravura de Arturo Vidal y sus lugartenientes. Como suele suceder en la historia del fútbol desde 1954 en adelante, ganó Alemania. Venció 1-0 y se llevó por primera vez la Copa Confederaciones. El precioso torneo organizado por Rusia tuvo el premio de una final vehemente, apasionante, de alto nivel. Fue un delicioso entremés del plato principal: el Mundial 2018.