“Golpeando con una barra de hierro no se consigue lo mejor de la gente. Se logra ganándose su respeto, acostumbrándolos a los triunfos y convenciéndolos de que son capaces de mejorar su rendimiento. No sé de ningún mánager que haya tenido éxito durante mucho tiempo instaurando el reino del terror. Las dos palabras más poderosas en cualquier idioma son ¡Bien hecho!”. La frase pertenece al más exitoso de los entrenadores de fútbol: Alex Ferguson. Y es una clase de liderazgo: una palmada es más efectiva que un ladrido.