“Así, así, así gana el Madrid…” Con el resultado en el bolsillo y el equipo bailando a la Juventus en los minutos finales, los parciales blancos, en el cénit de su euforia, se mofaban de la crítica de las demás hinchadas, que los acusan de favores arbitrales. Usaban el mismo canto para decirles: “sí, así gana el Madrid, dando espectáculo”. Y así ganó: siendo amplísimamente superior al buen equipo italiano, dando una imagen de campeón brillante y sólido, de buen pie y extraordinaria mentalidad, con individualidades notables y juego de conjunto. Cuatro a uno… Le hizo más goles en un partido que todos los que había recibido la Juventus en los 12 anteriores. Si en el primer tiempo se vio a una Juve interesante, seria y muy ponderable, en el segundo el cuadro merengue la aplastó con un fútbol contundente y una producción perfecta, armónica, arrolladora. Estamos no sólo ante un formidable campeón de esta edición, sino posiblemente en el comienzo de una hegemonía. Así como el Barcelona impuso la suya desde 2009, ahora parece ser el turno del Real Madrid. Tiene todo: un plantel fantástico, al que uno no sabe qué agregarle, un técnico que deja las cosas fluir y genera buen ambiente (¿hace falta mucho más cuando se tienen estos jugadores…?), un club poderosísimo económicamente, una dirigencia que está hasta en el detalle mínimo de recurrir una amarilla y hasta un periodismo ferviente que lo apoya sin renuncios. Ya mismo puede aventurarse que el Madrid es serio candidato a conquistar la versión del año próximo. ¿Quién podría ganarle…? Acaso el Barcelona en una gran tarde de Messi. No vemos más. Todos los otros medios del mundo están por debajo del fútbol español. Mucha gente sigue pensando que la Liga Española es de risa, pero ¿cómo no van a perder por goleada el Granada, el Eibar, el Osasuna, el Sporting de Gijón con este equipazo y con el Barsa…? Están en un nivel que ni ellos ni los clubes de los demás países pueden alcanzar.