Fueron recordadas como hazañas, bromas con altura, testimonios ejemplares, victorias en el deporte, escapes para ir al estero Salado, adelantarse al recreo para estar en las canchas, asistir a los bares de Petita o del Chino, saborear un refresco en la carretilla del Viejo, servirse un encebollado de balde y tantas anécdotas que flamearon en la radiante inauguración del primer campeonato Invernal de Fútbol entre confraternidades.