Del equipo del orden, obsesionado con no recibir goles —véase el 0-0 de la primera vuelta— ha pasado el Espanyol a afilar las garras. Contribuyó Las Palmas, cuyo juego asociativo dio tres goles pero se tornó excesivamente manso, en contraposición al 'punch' de los pericos, con peligro en cada aproximación al área. Y cuatro goles. Reman hacia Europa los blanquiazules y se olvidan de ello los canarios.