Pocos saludan en el despertar, pocos dicen gracias cuando se les brinda una oportunidad de trabajo, pocos otorgan el asiento a una dama en un transporte público, pocos dicen gracias cuando al caer reciben el apoyo de alguien, quizás la expresión o palabra gracias está muy alejada en el medio latinoamericano, por la deficiencia en educación, cultura, urbanidad, moral, principios de enseñanza en los establecimientos educativos y en el propio hogar. Por cierto, una lástima monumental en tales personas que se alejan de este vocablo que vale toneladas de oro en un ser culto. ¿Y a qué va el título de esta columna?