Suele suceder, se dieron los polos opuestos. Un equipo enérgico, entusiasta, con fútbol, con marca, con individualidades, con un proyecto de partido, físicamente estupendo; eso fue el Paris Saint Germain. Su rival, la quintaesencia de la abulia, lento, sin ideas, sin convicción, sin acierto en el pase ni en defensa ni en la creación, superado en todas las facetas que puede tener el fútbol. Ese fue el FC Barcelona. Uno nunca termina de saber si el ganador se ve tan bueno por lo malo del perdedor o porque realmente lo es. Pero antes del juego lo anticipamos por Twitter: “En una hora justo comienza, gran choque: PSG-Barcelona. Muy bravo para el Barça, PSG viene a todo tren, invicto en el 2017. Y Edinson Cavani rompiéndola”.