“Si quiere puede inventar otro juego, no hay problema con jugar a otra cosa. Pero el fútbol no necesita ningún cambio de reglas”, declaró Jurgen Klopp, el habitualmente filoso técnico alemán del Dortmund. Se refería a las 10 propuestas hechas por Marco van Basten para revolucionar el fútbol que, por amplísima mayoría, fueron criticadas ácidamente por el mundo de la pelota. El problema es que Van Basten no expresó una simple opinión de aficionado o entendido, es el director general de desarrollo técnico de la FIFA. ¡Y podría imponerlas…! En especial porque el presidente Gianni Infantino se ha rodeado de una guardia pretoriana de antiguas glorias que le dan una imagen de muchacho simple que hasta juega a la pelota con los amigos, lejos del perfil de dinosaurio de los anteriores. Y que tal vez lo sea, pero al llevar a esos viejos cracks a la sede de Zúrich debe darles cierta autonomía y poder de decisión.