Luego de aquella jornada histórica de octubre del 2015 ante Argentina, y sin tomar en cuenta la goleada propinada a Chile en Quito, a la selección ecuatoriana se le ha hecho costumbre jugar muy mal los primeros tiempos, para luego querer comerse la cancha en las segundas etapas como ocurrió el martes pasado en La Paz, ante Bolivia.